Migrantes venezolanos en albergues de Nueva York viven gran incertidumbre por cierre de la frontera

Migrantes venezolanos en albergues de Nueva York viven gran incertidumbre por cierre de la frontera

Personas alojadas en el Hotel Watson de Manhattan aseguran que los “coyotes” ahora cobrarán mucho más por las nuevas restricciones. Casi todos esperan a alguien que viene en camino. Crédito: Fernando Martínez | Impremedia

 

El anuncio del presidente Joe Biden de poner restricciones a los solicitantes de asilo en la frontera con México, como era predecible, despertó aplausos, repudios, apoyos, rechazo, miedo… en una de las ciudades en donde la crisis migratoria, ha generado más repercusiones humanitarias y financieras, desde la primavera de 2022.

Por El Diario NY





En la ciudad de Nueva York las organizaciones de defensa a los migrantes acusaron al mandatario nacional de seguir una “agenda extremista”. También surgieron las voces de quienes califican la medida como “muy justa, pero tardía”. E inclusive, hay quien la etiqueta como “muy débil”.

Por su parte, los migrantes consultados en albergues de la Gran Manzana que esperan por familiares, cruzando la selva del Darién o aguardando en México para venir al país, cruzan los dedos, para que las nuevas normas no los alcance.

En el caso de los portavoces del gobierno municipal, la consideraron como una acción que apuestan baje la presión del flujo de personas, en un momento en que se observa una nueva tendencia al alza: solamente la semana pasada llegaron 1,200 personas pidiendo albergue.

Como cualquier proceso en donde se encuentra en el centro del debate, la candente materia migratoria, es difícil saber de qué lado la balanza más se inclina.

“Esto no lo para nadie”

En el Hotel Watson de Manhattan, la noticia cayó como un balde agua fría para centenares de migrantes que tienen a familiares en la travesía o haciendo los trámites para presentarse a las autoridades fronterizas en Texas.

Por ejemplo, el venezolano Rafael Mata-Caña, con varios meses moviéndose por refugios de Manhattan, cuenta que vino primero para reunir el dinero, para poder traer a su esposa y su hijo de cinco años. Ambos ya se encuentran en este momento en un pueblo de México.

Rafael no duda que lograrán pasar “como sea”. Pero desde su visión, el problema es que los costos de los “guías” (coyotes) y toda la maquinaria que les ayuda “a pasar”, se eleva cuando ponen restricciones de este tipo.

“La gente que te ayuda a montar los ‘paquetes’ para venir, cada vez que hay estas acciones, todo lo ponen más costoso. Y la deuda se pone más grande. Yo espero poder reunirme con mi familia. Y que esto no tranque mi sueño”, destacó quien admite que todavía no ha hecho formalmente la solicitud de su asilo.

Al igual que Rafael, la angustia de muchos en los alrededores de los albergues, que esperan a alguien que viene en camino, es que el proceso será más lento, mucho más costoso y con más trabas. Aunque existe el consenso, que igual lograrán el objetivo.

“Esto no lo para nadie, hagan lo que hagan. Lo que sabemos quienes estamos aquí, esperando a alguien, es que siempre se encuentra la forma de entrar. Pero mientras más complicado, los guías (coyotes) te clavan (especulan) más”, dijo un joven venezolano, quien prefirió no revelar su identidad.

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