La Policía de Hong Kong detuvo a cuatro personas este martes, en el marco de un férreo dispositivo de seguridad que evitó la celebración de la tradicional vigilia anual del 4 de junio, que durante décadas rindió homenaje a las víctimas de la masacre de Tiananmen en 1989 en el territorio semiautónomo.
En un comunicado de las fuerzas del orden hecho público a primera hora del miércoles se informó de que dos hombres y dos mujeres fueron detenidos el martes en los alrededores de Causeway Bay, el distrito comercial situado junto al icónico parque Victoria de la ciudad.
Durante más de tres décadas, miles de personas se congregaron en este recinto para conmemorar, de forma pacífica y a la luz de las velas, a las víctimas de la represión, una tradición que se celebró por última vez en 2019 y que en esta ocasión fue reemplazada por un “mercado carnaval” organizado por grupos favorables a Pekín.
Entre los detenidos se encontraba una mujer de 68 años “sospechosa de delitos relacionados con intenciones sediciosas en virtud de la Ordenanza de Salvaguarda de la Seguridad Nacional”, según las autoridades.
En medio de las tensiones, se retuvo asimismo al fotoperiodista suizo independiente Marc Progin y a un anciano que exhibió pancartas escritas a mano que hacían referencia a la larga trayectoria de movimientos de protesta en la región, de acuerdo con medios locales.
Una de las pancartas, titulada “Dos orillas, tres territorios”, incluía una lista que se remontaba a hitos como el Movimiento del Cuatro de Mayo en 1919, la represión en la plaza pequinesa de Tiananmen en 1989, el Movimiento de los Paraguas y el de los Girasoles en Taiwán en 2014, incluso a las protestas que azotaron Hong Kong en 2019.
Asimismo, se produjo un incidente en el que un joven con una camisa negra fue acorralado y escondido bajo paraguas por varios guardias de seguridad, para más tarde ser evacuado en un furgón policial, constató EFE.
Al hombre se le escuchó pedir ayuda a gritos, mientras alegaba que los vigilantes le habían acusado de portar un “libro sobre el Gobierno del presidente chino, Xi Jinping”, y que “iba contra las normas”.
Estos hechos subrayan los riesgos que enfrentan quienes tratan de informar sobre la actualidad política en la ciudad, mientras las autoridades han adoptado una postura cada vez más vigilante ante la cobertura periodística y el activismo.
Este implacable dispositivo de seguridad incluyó vehículos blindados y patrullas de la Unidad de Respuesta Antiterrorista en el recinto ferial, unas medidas que se enmarcan en el endurecimiento del control sobre las reuniones públicas o las muestras de disidencia especialmente durante el transcurso de este sensible aniversario.
La masiva presencia del contingente policial en la zona comercial aledaña al parque Victoria reflejó los temores del gobierno local ante la posibilidad de que se produzcan nuevos disturbios o expresiones de protesta que puedan socavar la estabilidad y la seguridad de la ciudad.
El jefe del Ejecutivo, John Lee, ofreció una rueda de prensa el martes donde prefirió no abordar si queda alguna forma legal de conmemorar la represión del 4 de junio de 1989, cuando cientos, quizá miles de personas murieron mientras el Ejército Popular de Liberación (Ejército chino) dispersaba a los manifestantes en Pekín, tras meses de manifestaciones lideradas por estudiantes.
El líder de la ciudad ha reiterado la necesidad de una “vigilancia constante” contra cualquier actividad que pueda “amenazar el orden” de la urbe, y ha subrayado el compromiso del Gobierno de hacer cumplir la ley para salvaguardar la seguridad nacional y la estabilidad pública. EFE