Alfredo Maldonado: El lío de las primarias

Alfredo Maldonado: El lío de las primarias

Fácil es criticar especialmente cuando uno no está enredado en el mismo lio pero, la verdad sea dicha, democracia en mucho es la facilidad para criticar aunque uno ande por la libre –esto de “la libre” en la Venezuela de hoy es un decir.

Pero aprovecharé que el Presidente se va de viaje a Pekin para convencer a los chinos de que aunque no les pague los miles de millones que les debemos, y aunque no puedan ser dueños y señores como empiezan a ser en África, el régimen todavía al mando sigue creyendo que las cosas por allá son como en tiempos de la larga marcha, y que Xi Jinping es una especie de Mao redivivo.

Es un largo viaje hacia un país que el gobierno y el oficialismo de acá proclaman creer amigo y guia porque aparte de no conocer –la ignorancia parece ser sello distintivo- los problemas que enfrentan los mandamases de Pekín bajo la conducción del impertérrito Jinping, tampoco parecen estar muy claros en cuanto a que aún entregándoles el país completo el poquito petróleo que les mandan no alcanza para pagar lo que Hugo Chávez les pidió, ignorante él también hasta con las tablas matemáticas. Y tampoco han podido hacer acá grandes inversiones de control y éxito propio como en África, donde aunque se vayan convirtiendo en casi dueños colonialistas, al menos habrán dejado puertos, aeropuertos y otras grandes obras que, chinos o no, ayudan a consolidar el progreso de esos países tan maltratados por su propia ignorancia, por los abusos europeos y por la leyenda de Tarzán –lord Greystoke, quien abandonado en el corazón de la selva fue criado por la gorila Kala, descubierto por un explorador belga y que terminaría aprendiendo inglés británico partiendo del francés, que es un paso mucho más cómodo que la jerigonza gorilera.





Dentro de todo esto la oposición vuelve a las andadas organizando llenos de temores y carentes de conocimientos unas elecciones para que entre todos los opositores decidan quién será el candidato que, respaldado por todos, se enfrentará al candidato del PSUV que, se supone, será otra vez Nicolás Maduro.

Aparte de sugerirle al Presidente Maduro que reflexione sobre el viaje aquél del Presidente Pérez a Davos, que terminó dándole un susto de todos los diablos, uno nunca sabe cuando alguien va a lograr estremecer las cosas, nos permitimos decirle a la oposición en general que se está apresurando y actuando con aparente poca competencia en varias cuestiones.

El primer error, aunque parecería ser inevitable, es abrir las puertas electorales a todo bicho opositor sólo por pedirlo, sin preguntarles siquiera si han sido inhabilitados o no –las inhabilitaciones de este régimen suelen ser interesadas, pero ésa es otra cuestión, en una especie de democracia original que nunca tuvo grandes resultados, excepto llenar el frasco de mensajes que llevamos un cuarto de siglo conociendo y viendo cómo fracasan.

El segundo es permitir que representantes de aburrimientos reiterados, o de fantasmas políticos, se pongan a competir en las calles con una minoría mucho más confiable y original, con lo cual los repetidores del pasado poco ganan y los más nuevos mucho pierden. Baste pensar en que apenas unos pocos miles se inscribieron para el nuevo registro electoral en el extranjero, cuando hay casi ocho millones de venezolanos fugados del país que, se supone, votarían contra cualquiera que represente al destructor castromadurismo –o chavismo, si usted prefiere llamarlo así, total Chávez se murió y de esa roca nadie lo saca para que pueda defenderse, los muertos muertos están. Lo que demuestra la bajísima inscripción es mucho más falta de fe y confianza entre los opositores naturales por los hombres y mujeres que presuntamente organizan esa elección primaria.

Hay que preguntarse qué es lo que hacen o pueden hacer cuando a poco más de un mes para la Primaria, todavía no saben qué harán si resulta ganadora la que hasta ahora es la única que crece, María Corina Machado, que fue inhabilitada. Con justicia o sin ella, pero para participar en las elecciones reales deberá inscribir su candidatura en un Consejo Supremo Electoral presumiblemente favorable al régimen, y que estando inhabilitada no puede aceptarle la inscripción.

Capriles, al menos, también inhabilitado y que de todas maneras sabe que ya no es el líder de la oposición, ha llegado a un acuerdo con otro dirigente opositor, el que se las da de filósofo en el Zulia y quien ha insistido varias veces en que él no está inhabilitado, para que sea él, político veterano de escuela adeca –ahora que Acción Democrática ya no existe- y quien ya pasara por la condición de candidato presidencial, quien lo sustituya en el caso negado de que resulte en primer lugar.

Dado el ambiente, poco podrá hacer la oposición que está terminando por ir toda contra María Corina Machado, quien funde en un misterioso “hasta el final” la duda de la inhabilitación y el candidato opositor definitivo.

Hay que presumir, en cualquier caso, que serán las próximas unas elecciones generales con una enorme abstención y con una casi segura manipulación para que un hombre bastante ignorante que ha resultado más inteligente –sin exageraciones- que lo que muchos suponían, resulte “democráticamente” reelecto, que es de lo que tratarán de convencer a los gobiernos extranjeros.

De todas maneras quien da algunos ánimos a la cuestión es María Corina Machado, la única que mueve a alguien, favorita generalizada. Pero está inhabilitada, ya veremos lo que hará.