“Nunca más”, reclaman víctimas de abusos en vísperas de la visita del papa Francisco a Portugal

“Nunca más”, reclaman víctimas de abusos en vísperas de la visita del papa Francisco a Portugal

EFE/EPA/MIGUEL A. LOPES

 

Antonio Grosso, un miembro de la asociación “Corazón Silenciado”, que agrupa a abusados de la iglesia, lamentó en entrevista con EFE que la Jornada Mundial de la Juventud no haga referencia alguna al tema de los abusos sexuales en la Iglesia Católica. También espera que el papa Francisco lance una “manifestación pública de apoyo a las víctimas” y contribuya a “concienciar” a la juventud.

La JMJ se celebra en un país que hace seis meses se conmocionó con las revelaciones de una comisión independiente creada por la Conferencia Episcopal Portuguesa (CEP): Más de 4.800 víctimas de abusos en la iglesia y decenas de abusadores en activo.

La gran esperanza para las víctimas es el encuentro con el papa que, explica Grosso, será reservado, apenas con una docena de personas en un lugar por determinar y al que podrá asistir un integrante de “Corazón Silenciado”.

Será su oportunidad para entregarle un informe con testimonios y una propuesta para impedir por ley la prescripción de los delitos de abusos a menores en la iglesia.

“La prescripción para nosotros es en sí misma un crimen. Nunca prescribe el drama de una niña violada, ni de un niño abusado”, denuncia.

La asociación quiere también retomar el derecho de indemnización de las víctimas y criticar la reacción de la cúpula católica portuguesa, que, lamenta Grosso, “encubrió abusos” y lanzó comentarios “indignos” para restar importancia a la gravedad del problema.

“Hubo una actitud de desprecio por las víctimas y desvalorización del trabajo de la comisión independiente”, afirma.

La CEP dejó en manos de los obispos la decisión sobre los sospechosos y cada diócesis actuó por su cuenta, apartando del cargo a cerca de una quincena de sacerdotes, algunos de los cuales han retomado su actividad en los últimos meses.

Las críticas no se hicieron esperar, incluso desde las altas jerarquía, como el presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, conservador y católico practicante, que no ocultó su “desilusión” con la reacción de la iglesia.

La visita del papa Francisco a Portugal es una oportunidad para que la Iglesia Católica tome medidas para abordar el problema de los abusos sexuales a menores.

Con información de EFE

Exit mobile version