Qué efectos tienen en el cuerpo las personas que viajan en vuelos de larga distancia

Qué efectos tienen en el cuerpo las personas que viajan en vuelos de larga distancia

Durante el vuelo, haga ese esfuerzo adicional para moverse por la cabina, beber agua, usar una máscara y practicar una buena higiene de manos (Getty Images)

 

 

 

El jet lag y el aumento del riesgo de padecer trombos son consecuencias conocidas para quienes hacen vuelos largos. Pero hay otros impactos para el organismo. Un médico y piloto detalló cuáles son y qué cuidados tener.

Por infobae.com

Los vuelos largos generan diversos trastornos que a veces se resumen con el término jet lag, ya que se trata del más habitual y significa un desfase horario que altera el sueño porque el cuerpo tiene su propio reloj interno (ritmo circadiano) que le indica cuándo debe permanecer despierto y cuándo debe dormir. Pero existen otras consecuencias, la más grave de las cuales es el llamado síndrome de clase turista vinculado con pasar muchas horas inmóviles en un pequeño espacio. A esto se lo vincula con la posibilidad de sufrir trombos, que es un daño físico producto de los viajes de muchas horas que no ocurren tan habitualmente.

Las personas que viajan sin escalas a lugares muy alejados deben tomar determinadas precauciones. Recientemente, incluso, se supo de compañías que planean extender las horas de sus vuelos a los lugares más alejados para evitar las escalas. Es el caso de la australiana Qantas que anunció que para 2025 incorporará 12 aviones Airbus A350-1000 para sus vuelos desde Australia hacia Nueva York y Londres sin descensos. Esto implicará unas 19 horas de vuelo continuadas.

El doctor Tony Schiemer, piloto comercial, ingeniero y médico australiano, especializado en medicina aeroespacial y medicina general, hizo un punteo de las cosas que ocurren en el cuerpo humano cuando viaja tanta cantidad de horas a bordo de un avión y evaluó qué diferencias puede haber si se extiende ese tiempo a lo que ya es habitual en los vuelos de larga distancia.

El especialista advirtió que es conveniente no consumir alcohol durante un vuelo largo, ya que aumenta el riesgo de deshidratación (Getty Images)

 

1- Deshidratación

En los vuelos largos existe la posibilidad de deshidratarse. Un síntoma de esto es cuando uno siente la nariz, garganta y piel secas y, según Schiemer puede haber un mayor riesgo cuanto más extenso sea el vuelo. “Eso se debe a los bajos niveles de humedad en la cabina en comparación con lo que esperaría en tierra”, dijo el experto, y explicó en un artículo en The Conversation, que “gran parte del aire que circula por la cabina proviene del exterior y no hay mucha humedad en el aire a grandes alturas”.

“También corre el riesgo de deshidratarse si no bebe suficiente agua o bebe demasiado alcohol (el alcohol es un diurético, lo que provoca un aumento de la pérdida de líquidos). Así que bebe agua antes de subirte al avión. Durante el vuelo, también deberá beber más agua de lo normal”, recomendó.

2- Cuidado con los oídos, los senos paranasales, el intestino y el sueño

Schiemer explicó que “a medida que cambia la presión de la cabina, el gas de nuestro cuerpo reacciona en consecuencia. Se expande a medida que el avión asciende y la presión disminuye, y ocurre lo contrario a medida que descendemos. Esto puede llevar a problemas comunes como:

Consulte a un médico de inmediato si tiene algún síntoma preocupante después de su vuelo, ya que los coágulos de sangre pueden tardar horas o incluso días en formarse, crecer y moverse a lo largo de sus venas, concluyó el doctor Schiemer (Getty Images)

 

-Dolores de oído: cuando la presión del aire a cada lado del tímpano es diferente, ejerciendo presión sobre el tímpano

-Dolores de cabeza: pueden ser causados por la expansión del aire atrapado en los senos paranasales

-Problemas intestinales: es decir que es normal tener más gases en el intestino

Respecto del sueño, el experto dijo que es posible que uno se sienta “más somnoliento de lo habitual. Esto se debe a que el cuerpo no puede absorber tanto oxígeno del aire de la cabina en altura como lo haría en tierra. Disminuir la velocidad es la manera que tiene el cuerpo de protegerse a sí mismo, y esto puede hacerte sentir somnoliento”.

“La buena noticia es que la mayoría de estos problemas no serán necesariamente más pronunciados en vuelos más largos. Son principalmente un problema a medida que el avión sube y desciende”, subrayó.

 

3- Coágulos de sangre

Uno de los problemas que más preocupación genera y que, por su gravedad, es en lo que más insisten los médicos a la hora de hablar de prevención en los vuelos, son los coágulos de sangre que se pueden producir por las largas horas de inmovilidad. “Estos incluyen coágulos que se forman en la pierna (trombosis venosa profunda o TVP) que pueden viajar al pulmón (donde se conoce como embolia pulmonar)”, dijo Schiemer.

Y si realiza vuelos de larga distancia con mucha frecuencia, es razonable suponer que cuanto más tiempo esté en el aire, mayor será la exposición a la radiación cósmica

 

 

El médico describió cuáles son los factores de riesgo que aumentan la posibilidad de que se produzca este tipo de cuadros.

-Mayor edad

-Obesidad

-Antecedentes propios o antecedentes familiares de coágulos

-Ciertos tipos de trastornos de la coagulación

-Cáncer

-Inmovilización o cirugía reciente

-Embarazo o parto reciente

-Terapia de reemplazo hormonal o píldora anticonceptiva oral

Según una revisión de 2022, que combinó datos de 18 estudios, cuanto más una persona viaje, mayor será el riesgo de coágulos de sangre. Los autores calcularon que había un 26% más de riesgo por cada dos horas de viaje aéreo, a partir de las cuatro horas. El especialista reconoció que si se realizan vuelos aún más largos en el futuro deberá estudiarse cuánto aumenta el riesgo de trombosis, aunque por el momento seguirá vigente el consejo actual para estos pasajeros que es mantenerse en movimiento dentro de lo posible e hidratarse evitando, a la vez, el consumo de alcohol.

El jet lag es una desconexión entre la hora que su cuerpo cree que es y la hora del reloj, a medida que se cruzan las zonas horarias

 

 

“También hay evidencia de usar medias de compresión para prevenir los coágulos de sangre. Se dice que estas medias promueven el flujo sanguíneo en las piernas y ayudan a que la sangre regrese al corazón. Esto normalmente sucedería por contracciones musculares al moverse o caminar”, explicó.

La organización sin fines de lucro Cochrane, con sede en el Reino Unido, dedicada a la difusión de información médica de alta calidad, realizó en 2021 una revisión que combinó los resultados de 9 ensayos con 2.637 participantes que fueron asignados al azar para usar medias de compresión (o no) en vuelos que duraban más de cinco horas. Ningún participante desarrolló TVP sintomática. Pero hubo evidencia de que las personas que usaron las medias redujeron considerablemente la posibilidad de desarrollar coágulos sin síntomas, y sabemos que cualquier coágulo puede potencialmente crecer, moverse y, posteriormente, causar síntomas.

“Entonces, si le preocupa su riesgo de desarrollar coágulos de sangre, consulte a su médico de cabecera antes de volar. Por lo general, si desarrolla un coágulo de sangre, no lo sabrá hasta después del vuelo, ya que el coágulo tarda en formarse y viajar”, señaló, por lo tanto recomendó estar atentos a dolores e hinchazón en una pierna, dolor en el pecho, tos y dificultad para respirar, luego del vuelo. Recomendó consultar rápidamente a un servicio de emergencias si ocurre alguna de estas señales.

Entre los problemas de los viajes largos se cuentan los dolores de oído, de cabeza y problemas intestinales (Getty Images)

 

4- Desfase horario, radiación y COVID-19

– Jet lag: es una desconexión entre la hora que su cuerpo cree que es y la hora del reloj, a medida que se cruzan las zonas horarias. Los vuelos más largos implican, aunque no en todas las ocasiones, cruzar más zonas horarias. El desfase horario generalmente se vuelve más problemático cuando atraviesa tres o más usos horarios, especialmente si se viaja hacia el este.

– Radiación

Y si realiza vuelos de larga distancia con mucha frecuencia, es razonable suponer que cuanto más tiempo esté en el aire, mayor será la exposición a la radiación cósmica. “Como sugiere el nombre, se trata de radiación que proviene del espacio, lo que puede aumentar el riesgo de cáncer y problemas reproductivos. No sabemos qué nivel de exposición es seguro. Sin embargo, a menos que vuele con frecuencia, es poco probable que sea un problema. Si está embarazada o tiene otras inquietudes, hable con su médico de cabecera antes de volar”, dijo Schiemer.

-COVID-19

El especialista puso énfasis en no olvidar que aún existen riesgos ante el contagio de COVID-19. “Tome las precauciones habituales: lávese las manos regularmente, use una máscara y no vuele si no se encuentra bien”.

Finalmente, y respecto de la posibilidad de que algunas compañías realicen vuelos sin escalas más largos en el futuro dijo que aún se desconoce si puede causar reacciones diferentes en el organismo a las que ya se producen actualmente en los viajes de larga distancia en avión.

Hay compañías aéreas que están planificando hacer vuelos largos sin escalas lo que aumentaría las horas en el aire

 

La recomendación general, agregó, es “siga los consejos que le den las aerolíneas y consulte a su médico de cabecera antes de viajar si es necesario. Durante el vuelo, haga ese esfuerzo adicional para moverse por la cabina, beber agua, usar una máscara y practicar una buena higiene de manos. Y consulte a un médico de inmediato si tiene algún síntoma preocupante después de su vuelo, ya que los coágulos de sangre pueden tardar horas o incluso días en formarse, crecer y moverse a lo largo de sus venas, concluyó el doctor Schiemer.

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