La verdad escondida tras el origen de los Reyes Magos

La verdad escondida tras el origen de los Reyes Magos

La verdad escondida tras el origen de los Reyes Magos

 

El mito, que nació con el apóstol Mateo, no hacía referencia ni el número, ni el nombre, ni los poderes de Sus Majestades

El historiador José Javier Azanza López ofrece en su dossier ‘¡Ya vienen los Reyes! Historia, leyenda y arte en torno a los Magos de Oriente’ una nueva visión del origen de la cifra. Según él, la cifra vendría del siglo III: “En cuanto a su número, si bien existen versiones que recogen entre dos y sesenta magos, en el siglo III el teólogo Orígenes indicó que los Reyes Magos eran tres, número que acabó por imponerse atendiendo a razones bíblicas, litúrgicas y simbólicas, y que fue confirmado por la Iglesia en el siglo V mediante una declaración del Papa León I el Magno en sus Sermones para la Epifanía”.





Por ABC

Una controversia similar existe con el nombre de Sus Majestades. Estos se popularizaron el siglo IX también gracias al ‘Liber pontificalis’. En dicha obra, se estableció que eran Melchor («Melchior»), Baltazar («Bithisarca») y Gaspar («Gathaspa»). No obstante, Azanza afirma que ya habían sido nombrados de esta forma antes: “Los nombres de Melchor, Gaspar y Baltasar aparecieron por primera vez en el Evangelio Armenio de la Infancia del siglo IV; pero no serán aceptados definitivamente hasta su inclusión en el ‘Liber Pontificalis’, fechado a mediados del siglo IX”.

La adoración de El Greco

 

Otra de las controversias que se han generado es si, en su momento, fueron considerados magos por parte de Mateo. Joao Scognamiglio , autor de ‘Lo inédito sobre los evangelios’, afirma en su obra que “el nombre magos no debe ser entendido con las connotaciones de nuestro tiempo, pues en aquella época significaba personas de cierto poderío y que se distinguían especialmente en los conocimientos científicos, sobre todo astronómicos”. El historiador de la religión cristiana James Dixon Douglas es de la misma opinión. En su extensa obra ‘Diccionario Bíblico del Mundo Hispano’ sentencia que, en aquellos años, la palabra mago hacía referencia a una “casta religiosa entre los persas” con gran devoción por la astrología.

Foto Archivo

 

La última controversia es cuándo fue alumbrada la idea de que eran monarcas. El culpable fue Quinto Septimo Tertuliano. Este autor romano, padre de la Iglesia allá por el siglo III, llegó a la conclusión de la nobleza de dichos personajes tras leer el Salmo 72, incluido en uno de los libros sagrados: “Que los reyes de Sabá y Arabia le traigan presentes, que le rindan homenaje todos los reyes”. Como la magia no era bien considerada por la religión, este apelativo hizo que nuestros protagonistas fueran bien aceptados. El encargado de generalizar esta idea fue Santiago de la Vorágine en el siglo XIII a través de su obra, ‘La leyenda dorada’ . Concretamente, el autor dejó escrito que los magos “eran al mismo tiempo reyes y magos”. Esta obra fue, además, la que ayudó a asentar el resto de mitos.