Luis Barragán: Un servicio esencial del Parlamento

Luis Barragán: Un servicio esencial del Parlamento

Luis Barragán @LuisBarraganJ

El parlamento ha sido una institución ineludible en Venezuela, aunque las dictaduras se esmeraron demasiado por caricaturizarla. Por lo general, la simulaban así fuese el objeto de sus más sentidos desprecios junto al pluralismo político-partidista.

Trazar la larga biografía de nuestra corporación legislativa, surgida con la misma vida republica e independiente, sugiere entrar en algunos detalles. Asociándola al objeto del derecho registral y notarial, por ejemplo, los transcriptores de cada sesión tienen una enorme responsabilidad en la perspectiva del Estado que debate los problemas del país.

Por ello, el rol estelar que jugaron los taquígrafos de la bicameralidad al transcribir en el propio hemiciclo cualquier incidencia verbal, aún la más mínima, proveniente de la deliberación del cuerpo y hasta de las barras interventora, con la inmediata descripción de alguna actuación fuera de tono. Valga acotar, nuestra impresión es que gozaron de respeto y estabilidad laboral, procurando no inmiscuirse o parcializarse, pues, observamos, a través de los diarios de debates, nombres constantes al pie de cada acta del período congresional perezjimenista como del democrático, parecido cuando se dejó constancia de la transcripción del gomecista al lopecista, del medinista al parlamentarismo con el que finalizó el consabido trienio.





Es en esta centuria que desaparece la labor del taquígrafo de cámara, sustituido por el transcriptor que cuenta con los correspondientes medios tecnológicos, aunque fue expulsado del hemiciclo y, perdiendo los pormenores de la transcripción que ha de ser fiel, observa los monitores desde un distinto espacio físico. Esto significa que el camarógrafo y el director de la transmisión son los verdaderos transcriptores de la unicameralidad, versionando interesadamente la sesión, como muy bien lo pudimos sufrir y sufrimos durante el período legislativo 2011-2016.

Quizá anecdóticamente, hubo otros servicios hoy resultan curiosos, como el de una barbería que funcionó al interior del Capitolio Federal, tal como lo revela una entrevista realizada a Gonzalo Barrios (El Nacional, Caracas, 30/06/1961), sin que sepamos por cuánto tiempo, o se trató de una prestación ocasional. A falta de un inmueble complementario para tareas exclusivamente administrativas, la sede legislativa dio cabida a múltiples áreas de trabajo totalmente dependientes de la Secretaría, luciendo insuficiente aun cuando el Ejecutivo Nacional había cedido su último reducto hacia 1958, pues no olvidemos que la obra guzmancista estaba distribuida entre los tres órgano del Poder Público.

Reproducción: “El Diputado (SIC) Gonzalo Barrios, en el Salón de Barbería del Congreso, informó sobre su entrevista ayer con Luis Roque, funcionario de la OEA. Observan los diputados Rondón Lovera y Acevedo Berti (Foto Superman)”. El Nacional, Caracas, 30/06/1961.