La reanudación de las relaciones entre Colombia y Venezuela es un hecho. Y mas allá de que existan diversidad de posiciones, nosotros apostamos porque los pueblos de ambos países puedan reencontrarse y se logre generar una actividad económica, comercial, cultural y en todos los sentidos para el beneficio de las comunidades fronterizas.
Hablamos de que Venezuela tiene la mayor frontera con Colombia, zona más de 2.219 kilómetros. Por el Apure, que es el Arauca, el departamento de Arauca, por el Táchira con el departamento del Norte de Santander y el Zulia por el departamento de la Guajira para mencionar solamente tres estados importantes.
El cese de las relaciones por motivos, justificados o no y no vamos a entrar en se asunto, llevó a la ruina a estas comunidades especialmente del lado venezolano donde la crisis se ha ensanchado grandemente donde la pobreza alcanza los niveles extremos..
Criticas existen, y en este sentido recordamos el Ministerio de Estado para las Fronteras creado durante el gobierno de Rafael Caldera que presidió, por cierto, un hombre que vino de la izquierda y siempre demostró que fue un demócrata completo, Don Pompeyo Márquez, y le digo Don porque Pompeyo fue todo un señor, un caballero.
No lo conocí personalmente, pero tengo las mejores referencias, un luchador de la democracia, un hombre de izquierda fiel a sus principios y que por supuesto impulsó una política de fronteras que se debe retomar.
Estoy hablando del caso de Ciudad Sucre, una ciudad fundada en el municipio Páez del estado Apure y que después desapareció por la inercia. Una ciudad fronteriza que tenía la misión de repetirse en otros estados con la finalidad de que se establecieran comunidades y floreciera el crecimiento demográfico, cultural, social económico de esas áreas fronterizas.
Ciudad Sucre puede retomarse o bajo otra modalidad, no importa, pero lo cierto que la política fronteriza tiene que renacer así lo exigen los tachirenses, los zulianos, los barineses toda le gente de esa gran frontera colombo-venezolana.
La gente de la frontera lo que ha visto en estos largos años, desde 2008, más de una década de reveces, reveces y más reveces, regresión y pérdida de la economía de todo tipo.
El florecimiento de las ciudades de la frontera es lo que impulsa necesariamente que se resuelvan los problemas graves que la frontera tiene y hablamos de narcotráfico, contrabando, presencia de grupos irregulares, etc.
Una cosa lleva a la otra, pero con la reanudación de las relaciones estoy seguro que se pueden dar pasos mas firmes parta establecer una política fronteriza sana acorde a los intereses de ambas naciones .
Ahí está, eso es lo que tenemos que mirar más a allá si nos gusta o no nos gusta que está impulsando el nuevo presidente de Colombia Gustavo Petro.
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