Tuzo y Jason: las colosales masas amorfas ubicadas en el interior de la Tierra que tienen en alerta a los científicos

Las colosales masas amorfas ubicadas en el interior de la Tierra que intrigan a los científicos (Foto: archivo)
BBC Mundo

 

 

 





En un extraño rincón de nuestro sistema solar hay dos masas alienígenas amorfas. Son del tamaño de continentes, y se cree que se la pasan a la espera de que les caiga sustento que luego, sencillamente, absorben. Su hábitat natural es aún más inusual que su dieta. Podría describirse como “rocoso”: a su alrededor hay minerales exóticos en tonos y formas desconocidas. Por lo demás, es bastante yermo, a excepción de un mar brillante en la lejanía, tan enorme que contiene tanta agua como todos los océanos de la Tierra juntos.

Por La Nación

Todos los días el “clima” es el mismo: unos cálidos 1.827°C, y su presión en algunas áreas es equivalente a unas 1,3 millones de veces la de la superficie de la Tierra. En este ambiente aplastante, los átomos se deforman y hasta los materiales más familiares comienzan a comportarse excéntricamente: la roca es flexible como el plástico, mientras que el oxígeno se comporta como un metal.

Pero este abrasador lugar no queda en un planeta extraterrestre, y esas masas no son estrictamente vida salvaje Está, de hecho, en la Tierra, sólo que en lo más profundo de su interior.

En ese mundo extraño

El entorno en cuestión es el manto inferior, la capa de roca que se encuentra justo sobre el núcleo del planeta. Ese manto, en su mayor parte sólido, es otro mundo, un lugar que se arremolina y está salpicado de un caleidoscopio de cristales, desde diamantes (de los que hay alrededor de un cuatrillón de toneladas) hasta minerales tan raros que no existen en la superficie del planeta.

De hecho, las rocas más abundantes en esta capa, bridgmanita y davemaoita, son en gran medida un misterio para los científicos. Necesitan las presiones ultraaltas exclusivas del interior del planeta para desarrollarse y se desmoronan si son traídas a nuestro reino.

Sólo las podemos ver en su forma natural cuando quedan atrapadas dentro de los diamantes que llegan a la superficie. E incluso entonces, es imposible saber cómo se ven realmente en el interior de la Tierra, pues sus propiedades físicas son tan distintas en las presiones bajo las que normalmente existen.

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