“El hombre lagarto”: Estadounidense gastó más de 250 mil dólares para parecerse a un reptil

“El hombre lagarto”: Estadounidense gastó más de 250 mil dólares para parecerse a un reptil

lagarto
Erik Sprague eligió parecerse a un reptil porque, según él, representan el poder.

 

Erik Sprague está por cumplir 60 años. Pero a los 21, mientras estudiaba Filosofía, decidió romper los moldes. Comenzó a tatuar todo su cuerpo para parecerse a un lagarto. Eligió un reptil porque representan el poder. Se define como transgresor, le gusta explorar los límites de su cuerpo y hacer feliz a los demás.

Por Clarín





Artísticamente es conocido como “El hombre lagarto”. Nació el 12 de junio de 1972 en la base militar? Fort Campbell, Estados Unidos. Sin embargo, vivió la mayor parte de su vida en Austin, Texas. Su padre fue un ex militar con pasado en Vietnam, y sus consejos lo marcaron de forma decidida. “Hijo, haz siempre lo que tú quieras, sin dañar a nadie”, solía decirle.

Y le hizo caso. Luego de terminar la escuela secundaria consiguió una beca en la Universidad Estatal de Albany, en Nueva York, para estudiar Filosofía. Muy inteligente y estudioso, quedó a un par de materias de obtener el doctorado. Su filósofo favorito es el austríaco Ludwig Wittgenstein.

“El hombre lagarto”

Parecía que su vida iba a transcurrir por la senda del campo académico. Pero a los 21 años decidió dar un volantazo. Comenzó a tatuar su cuerpo con la idea de hacer una transformación completa y parecerse a un reptil. Tuvo mucho tiempo de trabajo, de planificación y también mucho dinero invertido. Quería ser el hombre lagarto.

Pero no fue un impulso. Sprague afirma que su familia no se sorprendió en absoluto. “Quien me conoce como persona y como artista sabe que desde que era un niño me pintaba la piel y mi desarrollo ha sido muy natural y orgánico”, dice. Además, afirma que su cambio fue tomado de manera muy positiva por sus seres queridos.

La idea se le ocurrió por primera vez a los 18 años y tres años después su sueño empezó a hacerse realidad. Para el año 2012, Erik ya tenía el 70% del cuerpo totalmente tatuado. En su torso y extremidades se podían ver las escamas perfectamente dibujadas, algunas rellenas de color verde y otras todavía sin relleno. En total había pasado 700 horas tatuándose.

Lengua bífida, una operación peligrosa

En cuanto a su transformación, además de las escamas y el color verde, en su pecho lleva tatuada la palabra “Freak” (fenómeno), aunque está muy lejos de comportarse como tal en la vida diaria. Limó todos sus dientes para que queden en punta y se operó la lengua para dejarla bífida, como un reptil. Sus ojos verdes son lo único original exteriormente.

La bifurcación en su lengua fue la operación más peligrosa por la que pasó, ya que fue el primero en la historia en hacerse una modificación corporal de ese estilo. Hasta el momento, nadie se lo había hecho. La intervención láser corta la lengua en dos desde la punta hasta el centro de la misma.

“Quizás el mayor riesgo que he corrido sea el de haberme operado la lengua, yo fui la primera persona en el mundo en realizarme este tipo de intervención y los médicos no tenían garantías de lo que iba a pasar después, no sabíamos si iba a poder hablar o comer”, afirmó Sprague al diario ABC de España.

Reptiles, un símbolo de poder

Pero en su camino para ser el hombre lagarto?, Erik pasó otro mal trago. El artista reconoce que los cinco implantes de bolas de teflón que se colocó sobre cada ceja fueron muy dolorosos. Vomitó y tuvo alucinaciones porque la intervención quirúrgica fue realizada sin anestesia. Un profesional autorizado para realizar este tipo de cirugías fue el encargado de operarlo.

En cuanto al dinero total gastado en su transformación, él afirma que no es relevante y que tampoco le interesa hablar del tema porque todo lo hace por el hecho artístico. Sin embargo, una compañía de seguros valuó su cuerpo como obra de arte y lo tasó en 250 mil dólares.

Erik Sprague eligió a los lagartos porque le gusta su aspecto, pero también porque en todas las culturas los reptiles simbolizaron el poder. Desde la historia del Edén hasta los dragones. Ahora, Erik tiene el poder de transformar la vida de las personas siendo un artista. “Al verme sonríen. Qué maravilla. Es mi política y mi poder: alegrar a la gente. ¡Es mi manera de mejorar el mundo!”, afirma.

Cuando fue consultado sobre la filosofía detrás de sus tatuajes, Erik respondió: “Es para despertarte: ¡que seas consciente de que puedes romper límites, lograr más de lo que imaginas! Y respetemos las diferencias”.

Sin arrepentimientos

El 12 de junio de este año el hombre lagarto cumple 60 años, pero no se arrepiente en absoluto de su transformación. En diálogo con La Vanguardia afirmó: “La permanencia es muy importante para mí. Como artista si pintas un cuadro te puedes alejar, pero cuando usas tu cuerpo como lienzo tienes que convivir con él por el resto de tu vida. Este compromiso es muy importante para un artista”.

En cuanto a su vida personal, el artista conoció al amor de su vida en uno de sus shows, mientras hacía un número con espadas y se insertaba clavos en la cara y en la boca. Está casado hace 22 años y no planea tener hijos, cree que en el mundo ya “somos muchos”. Es vegetariano y odia la carne. Prefiere comer pizza, fruta y cerveza. Los insectos, comida de los reptiles, quedan para los espectáculos.

El hombre lagarto, además de hacer shows de faquirismo donde camina sobre clavos, arrastra coches y se atraviesa la nariz con sacacorchos, se dedicó a escribir para la revista especializada en modificaciones corporales BMEzine, formó una banda de rock, escribió un libro y participó en el programa de TV “Ripley, ¡aunque usted no lo crea!”.