La educación zuliana, a merced del chavismo: docentes dejan las aulas porque el salario va “palo abajo”

La educación zuliana, a merced del chavismo: docentes dejan las aulas porque el salario va “palo abajo”

 

 

 





El pasado 15 de enero se celebró en Venezuela el “Día del Maestro” y los docentes reiteraron que por primera vez en la historia los profesionales de la educación son humillados y vejados.

Corresponsalía La Patilla

Informaron que el salario no llega a 30 dólares al mes.

Gualberto Más y Rubí, presidente del Sindicato Unitario de Maestros, aseguró que de cada diez docentes, seis han renunciado y se han dedicado a otros oficios y solo dos acuden a dar clases.

“Uno, el pírrico salario que reciben, dos, no hay condiciones para laboral, no hay pupitres, ni agua, ni siquiera tiza, y número tres, no hay las medidas de bioseguridad para ir a las aulas frente a una pandemia que según las estadísticas la región ocupa el primer lugar“, señaló .

Para Mas y Rubí es preocupante la situación en el Zulia, la matrícula escolar pública cayó en 85%, eso perjudica a los infantes y adolescentes porque no están recibiendo educación de calidad.

Como maestros nos preocupa que los niños no se están formando, las personas de bajos recursos no envían a los niños a clases porque no hay condiciones, el Estado no está garantizando el programa de alimentos. La realidad en los colegios de clase alta es distinta, están abarrotados las aulas, los maestros ganan alrededor de 150 al mes y cumplen los medidas de bioseguridad“, recalcó.

En total son 2.226 escuelas que dependen del ejecutivo nacional y regional, el Ministerio de Educación tiene 1.700 escuelas a cargo. Alrededor de 80% están desvalijadas y desmanteladas.

El liceo Guzmán Blanco, ubicado en Maracaibo, desapareció hasta la cerca perimetral, la cual fue derribada, asimismo, todos los enseres y cableados fueron robados.

Yackeline Hernández, quien es maestra, expreso con tristeza que la crisis la llevo a abandonar su trabajo. Resaltó que ama su profesión, pero más a sus hijos y a ella misma .

“No podía seguir asistiendo a dar clases, cuando lo que ganaba ni para el pasaje alcanzaba, mi esposo me tenía que dar para completar, me dolió mucho abandonar a los alumnos, uno los quiere como hijos, pero no podía seguir seis horas o más trabajando a cambio de nada, me dediqué a la economía informal y por lo menos resuelvo en conjunto con mi esposo para lo básico, la comida”, reveló.