El Tiempo: El rastreo a los planes ocultos de Hezbolá en Bogotá

El Tiempo: El rastreo a los planes ocultos de Hezbolá en Bogotá

Nicolás Maduro, a la derecha, estrecha la mano de Tareck el Aissami (Foto Palacio de Miraflores)

 

 

 





 

Un exmiembro de inteligencia, que estuvo asignado hasta hace unos meses al cuerpo diplomático de Israel en Colombia, empezó a ser seguido por las calles de Bogotá, así lo reseñó EL TIEMPO.

Información recogida por agentes extranjeros, incluidos del Mossad (el poderoso servicio de inteligencia de Israel), señalaba que sujetos venían espiando sus rutinas en el gimnasio, la oficina y hasta en la casa de una allegada colombiana.

Autoridades colombianas fueron notificadas de que todo indicaba que el extranjero –que, tras cumplir su comisión diplomática, había abierto una compañía de importación y comercialización de cámaras de vigilancia y tecnología– iba a ser asesinado.

Y si bien fue sacado a Tel Aviv en un operativo discreto y secreto, el reporte confidencial, al que EL TIEMPO tuvo acceso, señalaba que él no era el único que estaba siendo monitoreado. Un puñado de extranjeros de alto perfil aparecía en un listado de potenciales objetivos en Bogotá de un grupo de extremistas que opera hace años en la región: Hezbolá.

Pompeo y Duque

Para algunos oficiales de inteligencia locales, que hace años habían detectado la presencia de ese grupo proiraní –calificado de terrorista por varios países, incluidos Estados Unidos y Colombia– el reporte cayó por sorpresa.

Hasta ahora, lo que se sabía era que Hezbolá solo actuaba a través de células que consiguen financiación por medio de economías (legales e ilegales) ligadas al sector textil, de la construcción, cárnicos y de carbón.

Sin embargo, antes de que estallara la pandemia y en plena visita a Bogotá, el entonces secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, ya había lanzado una primera alerta sobre la latente amenaza. Y, ahora, agencias extranjeras ya empezaron a hablar de posibles acciones terroristas.

Así se lo han hecho saber al gobierno de Iván Duque, según le confirmaron a EL TIEMPO altas fuentes oficiales. De hecho, ligan esas advertencias a las polémicas declaraciones que esta semana dio el ministro de Defensa, Diego Molano.

“Aquí tenemos un enemigo común y es el caso de Irán y Hezbolá, que opera en contra de Israel, pero también apoya el régimen de Venezuela y por lo tanto es un esfuerzo importante de intercambio de información e inteligencia el que desarrollamos con las Fuerzas Militares y el Ministerio de Defensa en Israel”, dijo Molano.

La otra delegación en la mira

En pleno cierre de su visita oficial a Israel y tras varias críticas a su ministro, el presidente Iván Duque tuvo que dar un rápido timonazo diplomático y marcar linderos aclarando que con Irán hay relaciones desde 1975.

“Colombia no usa la palabra enemigo para referirse a ningún país (…) Eso no quiere decir que no tengamos diferencias en temas puntuales con Irán (…) Siempre levantaremos nuestra voz, en cualquier escenario internacional, en contra de la proliferación de armas nucleares”, afirmó el mandatario

Sin embargo, la información que está sobre la mesa, calificada como sensible, está siendo tomada muy en serio por Colombia y por otros gobiernos.

De hecho, en entrevista con Yamid Amat, el ministro Molano confirmó que hace dos meses se desarrolló una operación para “capturar y expulsar a dos criminales patrocinados por Hezbolá que tenían intenciones de cometer un acto criminal en Colombia”.

EL TIEMPO accedió al dosier en donde se cita información suministrada por el Mossad (entre otras agencias) que señala que además del exdiplomático israelí, también estarían en la mira miembros de la delegación de Estados Unidos en Bogotá.

Así mismo, que los ‘cerebros’ de los potenciales atentados están en Venezuela. Incluso, hubo una visita discreta al país, hace algunos meses, de tres de las cabezas de Mossad para evaluar el tema.

El general y los ex-Farc

El trasfondo de los potenciales actos terroristas es un plan mucho más ambicioso que, dice la información de inteligencia, incluye a otros países de la región, entre ellos Estados Unidos.

Se trata de una eventual respuesta a la muerte del general Qasem Soleimani, el poderoso y temido jefe de la fuerza élite Quds de Irán.

Soleimani fue asesinado en las afueras del aeropuerto de Bagdad, en Irak, el 3 enero de 2020, en un ataque aéreo estadounidense ejecutado con drones.

Aunque seis meses después ejecutaron a Mahmoud Mousavi Majd, el traductor acusado de haber entregado información a la CIA y al Mossad sobre los movimientos del general, la muerte de Soleimani se considera un tema pendiente.

La información que llegó a Colombia señala que Hezbolá estaría echando mano de miembros de las disidencias de las ex-Farc para los seguimientos en Bogotá.

De hecho, se verifica si hombres de Hernán Darío Velásquez, alias el Paisa, están ejecutando esa labor, que coincide con documentos hallados por la Policía y la Fiscalía General en un computador incautado en Cali en agosto pasado.

Allí se encontraron planes de las disidencias de la ‘Segunda Marquetalia’ en los que se habla de ejecutar una acción de alto impacto.

Incluso, se sabe que ya habían desplegado hombres en terreno, lo que coincide con la historia del israelí que tuvo que ser sacado de Bogotá a Tel Aviv.

De hecho, en el dosier de inteligencia se habla de que disidentes de las ex-Farc estarían recibiendo armamento y entrenamiento en territorio venezolano para ejecutar esas acciones.

El propósito es que los ex-Farc se cobren los positivos y no aparezcan fuerzas extranjeras vinculadas”, dijo un agente extranjero.

El sofisticado espionaje

Agregó que para facilitar los planes, en Venezuela ya opera un sistema de espionaje (o unidad estratégica radioelectrónica) avanzado, con el que escuchan comunicaciones en Cúcuta y han entrado incluso a videoconferencias del Ejército y de la Policía.

El agente coincide con el experto en seguridad y defensa Johan Obdola en la participación de Venezuela en esta trama.

“En los últimos años, ha sido un proceso constante la presencia de Hezbolá en Venezuela y la provisión de identificaciones a sus elementos, quienes se han dispersado en América Latina. Tareck El Aissami (hoy ministro de Petróleo) fue quien le abrió la puerta a esa organización en Venezuela y luego se estableció el nexo con las Farc y con otros grupos de colombianos”, explicó Obdola

Y añadió que Colombia es un punto sensible donde hay una gran operación de espionaje por parte del régimen de Nicolás Maduro, con asistencia y participación directa de varios agentes externos, incluidos cubanos.

Según el experto, Hezbolá tiene en la región “células dormidas, que se pueden activar en cualquier momento, cuya capacidad, estrategias y técnicas terroristas son de muy alto nivel de efectividad que se deben tomar en serio, e independiente de la cara diplomática que se muestre”.

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