“Si no salgo a pedir, no comemos”: Aumentó el número de niños en situación de calle en Maturín

El pequeño de 12 años de edad es el sustento familiar. Foto: Natacha Salazar / Crónica Uno

 

En una ciudad sumida en la desidia, la infancia se ve arrastrada e interrumpida: no hay un espacio de Maturín donde no haya un muchachito vendiendo dulces o pidiendo comida. Niños en situación de calle sobreviven con el semblante triste y temerosos de los extraños.

Por Natacha Sánchez / Crónica Uno





No hay datos oficiales sobre esta población vulnerable, los organismos del régimen aseguran que las cifras son muy variables, sin embargo, la percepción en las calles en todos los sectores de Maturín es que su número ha ido en aumento.

“Si no salgo a pedir, no comemos en mi casa”, dice José Daniel, de 12 años de edad, que tiene en sus manos un billete de Bs. 1 (equivalente a un millón antes de la reconversión). Es lo único que logró recolectar en el día.

El niño entra a un lugar de comida en el centro de Maturín a pedir que le regalen una hamburguesa de un dólar, de las que abundan en la ciudad. Nadie parece prestarle atención pues la práctica se ha hecho recurrente.

Es temeroso y no suele hablar con extraños más que para pedir. Cuando lo interrogan sobre su vida se muestra arisco, pues asegura que en varias oportunidades se le han acercado funcionarios del régimen y lo han llevado a refugios en los que dice no sentirse contento porque “son lugares feos”.

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