Pero esa fase especulativa aún está muy lejos.

Mientras tanto, Murillo y su equipo continúan excavando, deteniéndose ocasionalmente cuando atisban un artículo personal entre el amasijo de escombros.

“A veces ves algo que te hace reflexionar, como cuando encuentras la obra de arte de un niño. Todos somos humanos y tenemos emociones, pero al final del día, tenemos que completar esta misión”, afirmó.