Las maromas que aplican comerciantes venezolanos a falta de vuelto en efectivo

Ante la falta de bolívares electrónicos, la pérdida del valor de los billetes venezolanos y la escasez de dólares de baja denominación, los comercios han ofrecido algunas opciones para tratar de solventar el problema del vuelto a los clientes que van a pagar con divisas. Algunos transfieren el cambio en bolívares a la tasa del día a través del servicio de pago móvil, unos entregan vales y pagarés que improvisan con cualquier papel que tengan a la mano y otros instalaron en sus sistemas un registro para que los consumidores tengan un saldo a favor que puedan usar la próxima vez que vayan al establecimiento.

Por Carlos Seijas Meneses talcualdigital.com





Un papel lleno de grasa con un escrito que dice «1$ positivo», además de una firma y de la fecha de la transacción, fue lo que le dieron a Carmen Inojosa en un negocio ubicado en Los Símbolos, al suroeste de Caracas, donde venden las empanadas y los pastelitos en un dólar.

«Ese papel que me dieron valía más que un billete de 50.000 bolívares, el de más alta denominación», expresó Inojosa. En efecto, en ese momento el papel tenía un valor de 1,8 millones de bolívares, el equivalente a 36 billetes de 50.000. «Pedí un pastelito y dos empanadas. Cuando fui a pagar con un billete de 5 dólares, me dijeron que no tenían cambio. Me dieron un dólar de vuelto en efectivo y me preguntaron si quería que me hicieran un papelito con el monto que me adeudaban, que podía buscar a partir del día siguiente».

A Argelia Perdomo le sucedió lo mismo que a Inojosa. En una tienda de electrodomésticos en El Junquito pagó con un billete de 20 dólares una cocina eléctrica de dos hornillas, que costaba 18 dólares. Como el comerciante no tenía para darle los dos dólares ni en efectivo ni en bolívares al cambio del día, tampoco algún producto que tuviera ese valor, le dieron un papelito con el monto del vuelto y con el sello del lugar. «Pasé varios días después y me dieron los dos dólares», dijo Perdomo.

El caos de la dolarización informal

Desde principios de 2019, y sobre todo con los apagones de marzo de ese año que afectaron los pagos por punto de venta y transferencia, Venezuela ha visto avanzar un proceso de dolarización informal de su economía como una respuesta a la hiperinflación, que lleva más de tres años pulverizando el poder de compra del bolívar. El gobierno de Nicolás Maduro, luego de años de satanizar al dólar, ahora bendice a la moneda estadounidense e incluso sostiene que ha funcionado como una «válvula de escape».

El problema es que esta dolarización de facto se ha alimentado de ingresos generados por actividades legales e ilícitas (como minería ilegal y contrabando) y de los ahorros que los venezolanos generaron antes del control cambiario, y no mediante la presencia en la nación de bancos y capitales extranjeros ni de un suministro oficial. La mayoría de los dólares en efectivo que circulan en el país, que según Ecoanalítica son unos 2.000 millones de dólares, son de las denominaciones 20, 50 y 100, lo que dificulta los pagos en montos inferiores a estos.

El economista Luis Arturo Bárcenas, miembro de Ecoanalítica, explica que desde hace mucho tiempo, incluso antes del control cambiario que implementó Hugo Chávez en el 2003, no ha habido una cocirculación de dos monedas en Venezuela y, en ese sentido, ni las autoridades ni el sector privado estuvieron preparados para asumir una mayor dolarización en materia de dotación de billetes. «El control cambiario limitó en gran medida las transacciones en divisas en el país».

Foto: Carmen Inojosa

 

«La economía local no goza de los mecanismos tradicionales de inyección de divisas que pueden gozar otros países. En otras naciones, incluso de la región, hay una penetración mayor de la banca extranjera, una apertura al comercio internacional y una mayor libertad para que los capitales externos inclusive en efectivo entren de mejor manera a la economía local. Eso hace que esos mercados tengan esas disponibilidades de efectivo. En Venezuela, más allá de las negociaciones que se hacían vía Cadivi y de las actividades ilícitas (narcotráfico, contrabando de gasolina y de comida, etc.), el único gasto en efectivo que se hacía en Venezuela era básicamente vía turismo, y, en ese sentido, no podemos pensar que el flujo de billetes de 1, 5 y de 10 haya sido lo suficientemente amplio para que supla la demanda de esos billetes hoy día».

Saldos positivos

La cadena de supermercados Excelsior Gama implementó recientemente un nuevo mecanismo para tratar de solucionar los problemas con el cambio. Consiste en registrar en el sistema el vuelto que queda pendiente como un saldo positivo para que el consumidor lo pueda usar cuando regrese a ese establecimiento o a cualquiera de sus tiendas.

En la factura de la compra que le dan al cliente también está reflejado el monto «acumulado» y el monto «disponible», ambos expresados en dólares.

Con un billete de 50 dólares, Luisa pagó 18 dólares por un mercado sencillo que hizo para su casa en el Excelsior Gama de Santa Eduvigis, pero no tenían para darle el cambio completo. La cajera le dijo que podía darle dos dólares en efectivo y uno de 20, pero no tenía para entregarle los 10 dólares que faltaban. Además, le relató que más temprano ese día una señora esperó una hora por un billete de 10. La opción que le dio la trabajadora fue guardárselos en el sistema para que los usara cuando quisiera en el establecimiento o en cualquier otro sucursal de la cadena.

«Puse mi huella, la muchacha me dio mi vuelto de 22 dólares como si yo hubiera pagado 28 y me dijo que podía usar los 10 dólares en cualquier supermercado Excelsior de la ciudad, que eso me va a aparecer reflejado cuando ingresen mis datos», contó Luisa. «Esta fue la primera vez que me ofrecieron esa opción. En cierta forma te ayuda para nuevas compras, pero es chimbo si necesitas el vuelto completo porque tienes otros gastos inmediatos«.

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