Sobrinas de la princesa Diana revelaron cómo era su relación con ella

Sobrinas de la princesa Diana revelaron cómo era su relación con ella

Foto: Archivo

 

Aunque se cree que se sabe todo de la Princesa Diana, la realidad es que lo que se ha visto va de la mano con su imagen pública, pero existen muchos matices de la vida personal de la madre de William y Harry. A casi 24 años de su fallecimiento, se siguen dando a conocer nuevas situaciones en las que el nombre de Diana se ve involucrado, y ahora han sido dos de sus sobrinas quienes han querido abrir su corazón para hablar sobre ella. Aunque Lady Kitty suele ser la más visible entre los cuatro hijos del Conde Spencer, sus hermanas, Lady Amelia y Lady Eliza -quienes tienen un enorme parecido físico con la fallecida Princesa- hacen ciertas apariciones de vez en vez, como en esta ocasión que han posado para Tatler, abriendo su corazón para hablar de su conocida tía.

Por Hola México

Las gemelas de 28 años capturaron todas las miradas junto a su hermana mayor durante la boda del Príncipe William y Kate Middleton, pero la realidad es que suelen vivir alejadas del ojo público. Después de mudarse a Sudáfrica con su madre cuando eran niñas, las gemelas han tenido una vida significativamente tranquila considerando que son primas del futuro rey de Inglaterra. Recientemente, una de ellas estuvo con su hermano Louis, su hermana Kitty y su madre, Karen Villeneuve, en la boda de Harry y Meghan. Las chicas tenían solamente 5 años cuando su tía falleció en aquel terrible accidente del 31 de agosto de 1997, pero la recuerdan con enorme cariño. “Siempre la conocimos simplemente como nuestra tía”, explicó Lady Eliza en la edición británica de la revista, describiendo a Diana como ‘increíblemente cálida, maternal y cariñosa’.

“Al crecer en Sudáfrica, realmente tuve muy poca idea de los significativa que era en el mundo, hasta que fui mayor…Siempre hizo un esfuerzo por conectar con nosotras como niñas y tenía un talento para leer los corazones de los niños”, ha dicho la joven. Dentro de este relato, Eliza recordó que durante un paseo con Diana por las gélidas playas de Noordhoek, un paparazzi se les acercó: “Obviamente pudo ser bastante aterrador para nosotros, siendo tan pequeñas y sin entender qué pasaba. Pero lo volvió un juego para ver quién podía regresar al coche más rápido. Era increíble cómo nos protegía de una manera en la que nos hacía sentir seguras y sin miedo. En ese momento, no teníamos idea de lo que estaba haciendo. Como una niña, me di cuenta de la enorme pérdida para mi padre y mi familia. (Pero) No fue sino hasta después que entendí el significado de su pérdida como una figura en el mundo”.

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