Mireya Segovia: El rol del directivo escolar en tiempos de pandemia

Durante muchos años he sido Docente, gran parte de mi formación la he dedicado a enseñar, sin embargo, no es  mi fuerte, siempre he comulgado con la administración, y con lo organizacional. Pero antes del COVID 19, el poseer experiencia y conocimiento para estar a la cabeza de una institución educativa, ya no hacía falta, al menos eso se demostró en los últimos años de educación adoctrinada,  el significado “administrar”,  se llegó a llevar  “sobre la marcha”, con la “improvisación” a la vanguardia.  Ya las decisiones y el conocimiento en el manejo administrativo,  lamentablemente,  no respondían a las necesidades inherentes a los planteles,  no había estimulo; ni motivación en las organizaciones,  perdieron su el horizonte, ya no importaba lo académico. 

Bastaba con un “perfil político” para que te montaras de una, en un cargo directivo, porque se llegaba a confundir tanto el conocimiento administrativo, que se enredaban “políticas educativas” con “ser político o militante” ¿qué tal?.

Ahora bien, el rol del docente directivo, en tiempos de cuarentena por prevención de contagio del COVID-19 está más que claro, se deben adecuar prácticas pedagógicas a la virtualidad o el trabajo desde el hogar. De porrazo  pasamos de docentes con diversos grados de innovación pedagógica y tecnológica, a ser, en muchos casos, prácticamente estudiantes avanzados de tecno pedagogía. 





La rutina se tornó diferente y ahora, frente a una pantalla, con la mirada puesta en una planificación reformada, proponemos actividades, realizamos videoconferencias, habilitamos foros, administramos plataformas, generamos y recomendamos distintos materiales audiovisuales, suponiendo en el mejor de los escenarios para nuestros estudiantes, y con sarcasmo e ironías, el directivo  podrá acceder  a Internet. 

Esto nos indica que estamos frente a “otra cara en una paradoja” la improvisación en Educación nos deja cada vez más huérfanos de la “mística” y del “estimulo” porque vemos desfilar la desidia y el abandono académico, la apatía,  la indolencia, el desinterés de quienes, otrora, rendíamos respeto, obediencia y calidad de servicio a quienes por su experiencia,  habilidades y conocimientos, nos superaban en un cargo directivo, solíamos aprender y forjar nuestras experiencias con su práctica. Pero estas cualidades y perfil de un directivo, quedaron en la posteridad, solo basta ahora “saber improvisar”.

Pero qué ocurre con el directivo actualmente,  otrora, de aquel que se fraccionaba para sus tareas, acostumbraba  a reunirse con diferentes miembros de la comunidad,  soportaba el peso de cientos de trámites y papeles para ser consignados en la Zona Educativa,  acompañaba a equipos docentes y de orientación, estudiantes  y padres. Sólo por mencionar algunas de las múltiples y diversas tareas en tiempos de educación presencial.

Ahora,  los directivos de planteles, son los primeros en afrontar la noticia de suspensión de clases, pero… ¿estarían estos directivos acostumbrados a trabajar en redes? 

En líneas generales, el directivo docente,  y con múltiples variantes y con la experiencia en casos de emergencia, modalidad y contexto de la institución educativa,  las acciones llevadas a cabo, por un directivo actualmente, me imagino que fueron algo  así: Diagnostico situacional de estudiantes, docentes, personal en general, contexto institucional, nivel de pertinencia, y por allí comenzó todo.

 En pocas palabras, EL ROL DEL DOCENTE DIRECTIVO CAMBIO DE FORMA DRASTICA. Conseguir estos fines anteriormente  señalados,  admitía un replanteamiento fundamental y una serie de cambios, no era un cambio de “estilo”. Actualmente, muchas instituciones educativas  poseen grandes profesionales, con altos conocimientos (incluso tecnológicamente) en las formas administrativas y organizacionales, pero están en  un “rincón” como  subutilizados porque sus funciones están, por debajo de sus conocimientos y habilidades. 

Sería conveniente, mejorar la condición salarial del Docente, por supuesto, y que se les ofreciese la oportunidad, como directivos, para que desarrollen esa habilidad tecno pedagógica para beneficio de los planteles como organización.