Fue condenada en España por la muerte de su bebé, a quien dejó sola con un paquete de galletas

La mujer fue declarada culpable por un jurado popular – Foto: Archivo

 

La Audiencia de Málaga ha emitido la sentencia para la madre que dejó morir a su bebé en Málaga -España- sola, encerrada con un tetero y unas galletas durante un mes. Le impone la pena que pidió la Fiscalía de 16 años de prisión. Uno de ellos por abandono de la niña de 18 meses y otros 15 años de cárcel por un delito de asesinato. El documento del tribunal asume el dictamen de culpabilidad del jurado popular, que llegó «a la absoluta certeza» de que la acción de la acusada la tendría que haber realizado «voluntariamente y que podría haber evitado el resultado».

Por ABC





La sentencia explica que la mujer se quedó embarazada en Marruecos y se trasladó a España a finales de marzo de 2017 para ocultarlo a su padre. Dió a luz en Vélez-Málaga el 4 de mayo de ese año, pero a mediados de 2018 se trasladó a Málaga capital. Alquiló un piso en calle Viento en el barrio de La Goleta y comenzó a trabajar como camarera y relaciones públicas en una discoteca del centro.

Se declara probado en la resolución, que por el horario nocturno de trabajo, la madre se marchaba a la discoteca y dejaba sola a su hija de solo 15 meses en el dormitorio del apartamento. Lo hacía sobre la cama y, cuando terminaba su jornada laboral, sobre las 06.00 horas, no regresaba a su casa, sino que se iba a la de una amiga. No volvía a su residencia hasta al menos las 14.00 horas. «Durante este periodo de tiempo y prácticamente de forma diaria permanecía sola en casa desprovista de atención afectiva y de los cuidados físicos, como bebida, alimentación y aseo, precisos para un bebé de su edad».

Desde mediados de septiembre, la mujer pasó a quedarse a dormir de forma habitual en la casa de un amigo, dejando sola toda la noche y hasta la tarde siguiente a su hija. Luego regresaba para alimentarla y volver a salir. Esta situación siguió una vez terminada la relación laboral con la discoteca por «una intensa vida nocturna». A sus amigos les decía que su hija estaba en su casa con una persona encargada de atenderla.

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