El calvario de las mujeres con cáncer de mama se recrudece con la pandemia en Venezuela

El calvario de las mujeres con cáncer de mama se recrudece con la pandemia en Venezuela

Justo cuando el mundo, por iniciativa de la Organización Mundial de la Salud, celebra en octubre el día internacional de la lucha contra el cáncer de mama, la supervivencia y el acceso a tratamiento de las mujeres diagnosticadas en Venezuela sigue siendo una batalla de cada día, según los testimonios a los que ha tenido acceso la Voz de América.

Por Fabiana Rondón / voanoticias.com





Con su día cumbre cada 19 de octubre, la OMS tiene el objetivo de crear conciencia y promover que cada vez más mujeres accedan a controles, diagnósticos y tratamientos oportunos y efectivos.

Pero en Venezuela, la escasez de medicinas y el limitado acceso a los tratamientos, se suma al peso y dolor que las pacientes ya llevan encima. Solamente en 2019, se diagnosticaron con cáncer de mama alrededor de 7.093 mujeres en Venezuela y se registraron 2.819 decesos, según el último comunicado emitido por la Sociedad Anticancerosa de Venezuela (SAV). Sin embargo, desde 2012, el Ministerio de Salud no ofrece cifras oficiales.

En entrevista con la VOA, Bolivia Bocaranda, directora de Senos Ayuda, -una de las principales ONG del país en el tema-, explica cómo la situación de las pacientes con cáncer de mama en el país, cada día, es más vulnerable.

Dijo que lograr sus terapias, tratamientos y conseguir medicamento sigue siendo un vía crucis para ellas y sus familiares y amigos. “Es conseguir los medicamentos, es reunir el dinero para poder pagarlos, es una situación muy dolorosa”, expuso Bocaranda.

Asegura que la pandemia, sin duda, ha impactado no solamente a las mujeres con cáncer de mama sino a todos los pacientes oncológicos que existen en el país. Explicó que la ONG para la que trabaja ha mantenido las puertas abiertas atendiendo aquellas mujeres que habían sido diagnosticadas o que tenían una gran posibilidad de detener alguna malignidad.

Bocaranda explicó además que las mujeres con cáncer de mama deben respetar los protocolos y tiempos para sus tratamientos, pero ahora, la llegada del COVID-19 pareciera ser prioridad. En los centros asistenciales, cada día son más las limitaciones que tienen estas mujeres para tener acceso al sistema de salud pública.

“A pesar de que existan clínicas y doctores que hagan esfuerzos por hacer algún tipo de descuento, aún así no es suficiente; es difícil conseguir los medicamentos, a veces así se posean los recursos, por escasez no puedes obtener el tratamiento”, sostiene Bocaranda.

Explicó también que todos los medicamentos se cotizan en dólares y el sueldo de estas mujeres llega a lo sumo a los cuatro dólares al mes, lo que hace casi imposible costear un tratamiento completo si ha sido diagnosticada con cáncer de mama y esto se verá reflejado en el futuro donde las posibilidades de sobrevivencia sean casi nulas.

La meta para de Senos Ayuda, este año, será seguir creando metas parciales, en estos momentos cuentan con una campaña de recaudación de fondos, al igual que una campaña internacional para lograr apoyar a 100 mujeres venezolanas, con 100 mamografías. Su meta, sin duda, siempre ha sido seguir siendo la voz de las pacientes y levantar la voz por aquellas que ya no están.

“Es lamentable lo que estamos viviendo. Nunca en mis 21 años como voluntaria por la causa había visto una situación tan precaria y con tantos casos tan avanzados que cuando llegan a nosotros es muy poco lo que se puede hacer”, dice la directora.

Actualmente, expuso Bocaranda, se presentan siete muertes diarias de mujeres con cáncer en Venezuela, hay 19 casos diagnosticados y más de la mitad llegan en estadios muy avanzados.

Su lucha no se detiene

Mildred Valero, paciente con cáncer de mama, relata en entrevista a la VOA que ha sido muy ardua toda la situación que deben enfrentar a diario las pacientes con cáncer en el país, situación que considera ha empeorado con la pandemia, ya que venían arrastrando una situación difícil porque el Estado no cumple a cabalidad con el suministro de los medicamentos en los hospitales y tienen un cierre técnico.

“Los pocos médicos y el personal de salud que está en los hospitales se le hace muy difícil llegar a los mismos, igual que a las pacientes para trasladarse por las restricciones que ahora existen. Incluso, hay personas que si no tienen un salvoconducto, no pueden ni siquiera salir de su zona para acudir al médico, entonces indudablemente la situación se ha puesto peor se ha recrudecido”, asegura Valero.

Desafortunadamente, explica que actualmente en Venezuela acudir a un centro asistencial público, es desalentador y significaría perder el tiempo ya que no hay personal que atienda a las pacientes, los pocos tratamientos que puede adquirir alguna paciente es por sorteo.

“Una mujer con cáncer de mama para sobrevivir con este panorama creo que principalmente debe tener fe, porque en una situación como la que tenemos, una persona mal alimentada y que no se le puede hacer su tratamiento como corresponde se hace poner a diario en riesgo su vida; sin embargo, no hay que perder la esperanza de que algún día, esperemos no sea tarde, todo mejorará,” expresa.

Maritza Alvarado también padece de las consecuencias de ser paciente oncológica en Venezuela, en medio de la pandemia del COVID-19.

La cuarentena radical tanto a otras pacientes como a ella le ha impedido asistir a los controles oncológicos. Este año ha sido muy difícil, expresa, porque lo que siente que en este momento su condición no es prioridad ni para el Estado ni para los centros de salud que existen en el país.

Alvarado explica que cada vez se hace más complicado acceder a los tratamientos. En su caso, tiene que tomar un tratamiento hormonal durante cinco años y se encuentra a dos horas de distancia del sitio donde lo puede comprar, pero la situación actual que se vive con el suministro de gasolina en los estados hace que su traslado se alargue cada vez que necesita adquirirlo.

“En lo que va de año, casi no he tenido acceso al tratamiento de los antígenos, aunado a eso es una pastilla que debería dotarle el seguro social y en ocasiones está pero es más cuando nos hace falta que cuando llega”, relata.

Asegura que su única preocupación debería ser mantenerse sana, pero por ahora debe estar más atenta a cómo acceder al tratamiento, dónde conseguirlo y cómo pagarlo”.