Especial La Patilla: Improvisación y falta de información rodea al nuevo mecanismo de cobro y distribución del combustible

Especial La Patilla: Improvisación y falta de información rodea al nuevo mecanismo de cobro y distribución del combustible

Hasta ahora se han reflejado testimonios de los venezolanos que hacen interminables colas para surtir gasolina a sus vehículos. Los consumidores han vivido largas horas de espera, escasa oferta, fallas en los sistemas de pago o tarjeta bancaria, pagos en dólares y protestas.

La prioridad ha sido surtir a los usuarios, sin embargo, los expendedores de combustible también han sido afectados por esta realidad: una medida de aumento y dolarización implementada a la carrera, sin información oportuna, pura improvisación.





Ni Pdvsa ni el Ministerio del Poder Popular de Petróleo y Minería han informado adecuadamente a los gasolineros sobre distintos aspectos operacionales, técnicos y administrativos propios de esta actividad. Adicionalmente los concesionarios de las estaciones de servicio, han vivido una semana bajo la presión de efectivos militares y funcionarios del Inttt “quienes cumplen labores de seguridad y control”.

Estos son los tres principales problemas que enfrentan quienes dan la cara a los clientes:

1.- Falta de programación de los sistemas Biopago de Gasolina.

Es un canal que permite realizar el pago de bienes y servicios a través de un sistema biométrico captahuella. El número de cédula, la huella dactilar y el registro en el Sistema Patria son los tres avales clave para obtener un combustible a precio más bajo que en las estaciones donde se vende a 0,50 dólares el litro.

Pero cumplir estos requisitos no asegura abastecer su carro, la poca conexión por la deficiencia del sistema de internet en el país se refleja a cada momento en este mensaje que da el aparato: “No fue posible conectar con el servidor”. Esto obliga a los gasolineros a trabajar de manera manual, razón por la cual han tenido que levantar un acta explicando la situación y notificando al servicio técnico responsable de su funcionamiento, para evitar futuras sanciones contra las estaciones de servicio, pues el reporte que da el Biopago debe cuadrar con el que indica el Surtidor.

Los Biopago tampoco han sido programados para las “entregas gratuitas” a las entidades públicas y a los vehículos subsidiados (Transporte público, de alimentos, vehículos identificados oficiales, policías, etc.). En el Biopago existe la opción para incluir el despacho como gubernamental, pero no está habilitado e inmediatamente pasa a la opción que debe pagar a la tarifa de 0,5$.

El Biopago deberá tener habilitada la función “organismo”, dar el límite del monto subsidiado mensual por ministerio y debería indicar hasta la placa autorizada para usar esta opción, pero las gasolineras no han recibido información oficial ni una política definida sobre esos subsidios, por eso han ocurrido algunos desencuentros. Un ejemplo: policías que no quieren poner la huella porque dicen que las patrullas son del estado y ellos no van a poner su cupo para llenar las patrullas, andan con un oficio que dice que las patrullas no pagan, pero quién paga esos litros que quedan registrados en la máquina como vendidos. De asumir este costo las estaciones irían a la quiebra.

2.- Mínimo margen de ganancia que les puede llevar a la quiebra

La gasolina subió más de 8.3 millones por ciento, pero a las gasolineras les han asignado el margen de ganancia más bajo de la historia en 0,01$ por litro, lo que representado en términos porcentuales el margen bruto sería de 2%. En este mínimo margen no se tomaron en cuenta los costos asociados a la operación y comercialización, ni los riesgos que se les presentan como recaudadores de ese dinero.

Al cobrar en bolívares a través de puntos de venta deberán pagar comisiones que varían de acuerdo al BCV entre 0,5% y 0,75%. Ese dinero va a la cuenta de la estación y al realizar la transferencia a PDVSA les cobrarán el 0,75% por débito bancario, además el impuesto a las transacciones financieras, más gastos de transferencia a otros bancos.

Al cobrar en dólares el panorama tampoco es alentador. Sólo en el proceso de venta de divisas y transferencia a PDVSA el margen de ganancias desaparece: PDVSA no acepta pago del combustible en divisas, las mismas deberán ser convertidas a bolívares y la única forma de convertirlas es vendiendo a las entidades bancarias que pagarían la tasa de compra de divisas (que es inferior a la tasa de venta de divisas utilizada por PDVSA para el cobro del producto). Allí estarían perdiendo un diferencial importante. Esa operación es objeto de pago de una comisión bancaria. Si las venden en un mercado que no sea el bancario corren el riesgo de una pérdida cambiaria pues la tasa del BCV es superior a la tasa que utilizan en el paralelo. Además, el manejo de divisas requiere transporte y custodia de valores cuyos costos son bastante elevados.

Adicionalmente las estaciones de servicio deben correr con otros costos: el pago de los impuestos que cobra cada alcaldía por ingresos brutos, IVA, ISLR y demás impuestos estadales y nacionales, gastos de mantenimiento de la estación, pago de personal, utilidad justa y necesaria para el propietario, pago de servicios públicos, contabilidad, etc.

Lo poco que PVSA les ha informado ha sido a través de circulares, en una les indican que las gandolas recibidas por expendios a precios internacionales, a partir del viernes 05 de junio 2020, deberán ser pagadas en un plazo de 72 horas. En una de las más recientes reza: “Buenos días concesionarios, por órdenes de la Dirección Mercado Nacional conjuntamente con la ZODI todas las estaciones de servicio pertenecientes al Distrito Metropolitano deben aperturar operaciones hoy domingo. Sin excepción”.

3.- Inseguridad en las estaciones

El personal de las estaciones de servicio no ha tenido tiempo de descanso en esta primera semana de implementación de las nuevas medidas por parte del régimen de Maduro. Adicionalmente deben trabajar expuestos a un gran flujo de personas, sin otra protección contra la Covid-19 que un sencillo tapabocas.

A pesar de estar bajo la presión de funcionarios militares y del Inttt, los robos y otras situaciones de inseguridad no han desaparecido de los alrededores de las estaciones de servicio. En definitiva, los gasolineros están trabajando con las uñas, sin descanso, llevando la parte más dura del asunto y sin saber con certeza cómo se resolverán los inconvenientes a futuro.

Antes de culminar este trabajo especial recibimos información de una nueva circular enviada a los concesionarios de las estaciones de servicio que reza: “Cumpliendo instrucciones del G/D Comandante de la ZODI Capital a partir de este momento las estaciones de servicio durante 7 días trabajarán las 24 horas”. Y nos preguntamos: ¿Tienen personal de confianza para trabajar 24 por 24 y bajo qué condiciones de seguridad en esta convulsionada área capitalina?