El Pentágono lucha contra el reloj para solucionar graves problemas del caza F-35

El Pentágono lucha contra el reloj para solucionar graves problemas del caza F-35

FILE PHOTO: A Lockheed Martin F-35 aircraft is seen in Berlin, Germany, April 25, 2018. REUTERS/Axel Schmidt/File Photo

 

En los últimos años, los líderes del Departamento de Defensa de Estados Unidos han pasado de citar los problemas técnicos como su mayor preocupación para el programa F-35 a lamentarse por los gastos de compra y mantenimiento de la aeronave, reseñó defensenews.com.

Por Valerie Insinna

Pero la realidad puede ser peor. Según documentos obtenidos exclusivamente por Defense News, el F-35 continúa teniendo fallos que, si no se corrigen, podrían crear riesgos para la seguridad del piloto y poner en duda la capacidad del avión de combate para cumplir con partes clave de su misión:

Los pilotos de F-35B y F-35C, están obligados a observar las limitaciones en la velocidad aerodinámica para evitar daños en el fuselaje del F-35 o al revestimiento de sigilo. Picos de presión en la cabina de mando que causan dolor de oídos y sinusal “insoportable” Problemas con la pantalla montada en el casco y la cámara de visión nocturna que contribuyen a la dificultad de aterrizar el F-35C en un portaaviones.

Estos son algunos de los problemas con el reactor que los documentos describen como deficiencias de categoría 1, es decir, la designación dada a los principales defectos que afectan a la seguridad o la efectividad de la misión.

Trece de los defectos más graves se describen en detalle, incluyendo las circunstancias asociadas con cada problema, cómo afecta a las operaciones del F-35 y a los planes del Departamento de Defensa para mejorarlo.

Todos menos un par de estos problemas han escapado al intenso escrutinio por parte del Congreso y de los medios de comunicación. Algunos otros han sido brevemente mencionados en los informes de los grupos de control del gobierno.

Pero la mayoría de estos problemas no han sido divulgados públicamente, lo que pone de manifiesto la falta de transparencia sobre las limitaciones del sistema de armas más caro y de mayor perfil del Departamento de Defensa.

Estos problemas afectan mucho más a los operadores que a la base de clientes de la Fuerza Aérea, el Cuerpo de Marines y la Armada. Once países (Australia, Bélgica, Dinamarca, Italia, Israel, los Países Bajos, Noruega, Japón, Corea del Sur, Turquía y el Reino Unido) han seleccionado el avión como su futuro caza, y nueve países socios han contribuido con fondos para el desarrollo del F-35.

En conjunto, estos documentos demuestran que el programa F-35 todavía sigue enfrentándose a graves problemas técnicos, incluso cuando se encuentra en un momento clave de transición.

Y el tiempo corre. Para finales de 2019, los líderes del Departamento de Defensa tendrán que estar listos para tomar una decisión crítica sobre si cerrar la puerta en la etapa de desarrollo del F-35 y avanzar con la producción a toda velocidad. Durante este período, la tasa de producción anual se disparará de los 91 aviones fabricados por Lockheed Martin en 2018 a más de 160 en 2023.

En términos generales, la política del departamento exige que todas las deficiencias se cierren antes de que comience la producción a pleno rendimiento. Esto tiene como objetivo reducir las modificaciones costosas necesarias para que los aviones existentes alcancen el estándar.

 

La Oficina del Programa Conjunto F-35 parece estar progresando rápidamente, pero no todos los problemas se resolverán antes de que se tome la decisión a pleno rendimiento, ha dicho el Vicealmirante Mat Winter, ejecutivo del programa F-35 del Departamento de Defensa.

“Ninguno de ellos, en este momento, está en contra del diseño, del hardware o de la fabricación de la aeronave, que es para lo que es la decisión de producción a gran escala”, declaró a Defense News en una entrevista. “No hay discrepancias que pongan en riesgo la decisión del departamento de aprobar la producción a plena capacidad”.

Nueve de los 13 problemas probablemente serán corregidos o bajen de categoría al estado 2 antes de que el Pentágono determine si se debe iniciar la producción a velocidad completa, y dos serán adjudicados en futuras construcciones de software, dijo Winter.

Sin embargo, la oficina del programa F-35 no tiene intención de corregir dos de los problemas abordados en los documentos, y el departamento ha optado por aceptar riesgos adicionales.

Winter sostiene que ninguno de los problemas representa un riesgo grave o catastrófico para los pilotos, la misión o el fuselaje del F-35. Después de ser contactado por Defense News, la oficina del programa creó dos designaciones de problemas de categoría 1 para resaltar la diferencia entre los problemas que calificarían como una emergencia y otros que son de menor importancia.

“CAT 1A: Pérdida de vidas, pérdida potencial de vidas, pérdida de aeronaves materiales. Estos tienen que ser adjudicados, tienen que ser corregidos en cuestión de horas, días. No tenemos deficiencias de CAT 1-A”, dijo Winter.

En cambio, todas las deficiencias en los libros se incluyen en la categoría 1B, que representa problemas “que tienen un impacto de misión con una solución actual que es aceptable para el piloto de guerra con el conocimiento de que podremos corregir esa deficiencia en algún momento futuro”, agregó Winter.

Greg Ulmer, vicepresidente de Lockheed Martin para el programa F-35, dijo que los F-35 que se encuentran actualmente operativos cumplen o superan las especificaciones de rendimiento.

“Es importante abordar estos problemas, y cada uno de ellos está bien entendido, resuelto o en camino de ser resuelto. Trabajamos en colaboración con nuestros clientes, y confiamos plenamente en el rendimiento del F-35 y en las soluciones existentes para abordar cada uno de los elementos identificados”.

Traducción libre a partir de Defense News

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