Abraham Ricardo Sequeda: Entendiendo los procesos, un país educado

Abraham Ricardo Sequeda: Entendiendo los procesos, un país educado

 

Luego de una etapa de retroceso económico, desmantelamiento de las instituciones, aniquilación de la industria nacional, corrupción generalizada, instauración de un sistema político totalitario y brutal en sus procedimientos, kakistocracia, una generación joven destruida y una población con la percepción usual y pertinaz, en la cual las cosas o situaciones que son malas, están mal hechas o que funcionan mal, no son observadas y peor aún, su cotidianidad y prevalencia las hacen ser consideradas como normales, existe la esperanza, de que se aproximen situaciones de bienestar y renacimiento, sea porque “desaparecen” los artífices de tal podredumbre, sordidez, vileza, incapacidad, perversión, o porque comienzan a actuar en libertad, los otros actores sobrevivientes: población natural, población asalariada sana y honesta, emigrantes que retornan con nuevos capitales, sector independiente económicamente estable-sobreviviente, profesionales diversificados en su ámbito particular, profesionales-técnicos emprendedores, entre otros actores listos para aportar al país.





Por Abraham Ricardo Sequeda Esteves / @aricard53712558

Tenemos que diseñar el plan para reconstruir a Venezuela, el cual debe contemplar los recursos humanos y económicos que quedarán. Voy a desarrollar inicialmente lo relacionado con el Ser Humano Venezolano. Hoy Mayo de 2019, la población venezolana de manera extendida, con miras a convertirse en ciudadanos venezolanos, lamentablemente está severamente afectada.

No existe un trastorno psicológico que describa o que justifique el comportamiento de una población o parte de una población, es más bien el saldo de fuerzas externas al sujeto que lo moldean y fuerzas internas que generan el terreno fértil para que aquellas actúen.

Sobre las fuerzas externas, es claro que por un lado, está presente la ideologización, es decir, el diseño de una sociedad sólo para satisfacer los intereses de un grupo, un jerarca o ideólogo; y por el otro, el colectivismo como perversión, en la cual sobre la retórica de que todos somos iguales, la población queda sujeta a los intereses y características del grupo o diseño del ideólogo y, contrapuesto al individualismo que exalta las libertades y responsabilidades del individuo, así como las potencialidades del ser humano.

Las fuerzas internas como la ignorancia y la necesidad, se hacen visibles al menos, a través de tres situaciones: La Alimentación, El Embarazo Precoz o en Adolescentes y la Educación Formal e Informal.

Cuando fuerzas externas e internas actúan, florece la mediocridad y el conformismo, que representan el freno o veto al desarrollo de las potencialidades humanas; el valor intrínseco de la persona se pierde, por lo cual, la relación de obediencia con el ideólogo o jerarca, distorsiona y produce una organización social injusta, pobre, enferma y corrompida.