El palacio de Buckingham se vistió de fiesta para celebrar los 70 años de Carlos de Inglaterra, príncipe de Gales y heredero al trono británico. Isabel II quiso ser la anfitriona en su casa de una gran celebración a la que acudieron sus hijos, sus nietos y también numerosos miembros de otras casas reales europeas. Así, al palacio londinense se vio llegar a los hijos del festejado, Guillermo y Enrique, junto a sus esposa, Kate Middleton y Meghan Markle, o a la princesa Eugenia de York, hija del príncipe Andrés (segundo hijo de la reina), publica El País.
La ceremonia ha sido privada, y solo ha trascendido una imagen de la misma: Carlos y Camila, vestidos de gala, posando a su salida de Clarence House (su residencia oficial, a pocos metros de Buckingham) poco antes de salir hacia la fiesta. Sin embargo, lo que sí ha trascendido ha sido el discurso de Isabel II durante el brindis. Unas palabras en honor a su hijo Carlos que dejan entrever los sentimientos de la hermética soberana.
Las palabras no se han filtrado: la casa real británica las ha publicado en su página web, queriendo mostrar así una faceta más personal de la siempre impenetrable y desconocida Isabel II, y poniendo en valor su faceta no solo como reina sino también como madre, e incluso como hija, ya que cita a su propia progenitora. Un discurso también con toques muy personales, en el que la soberana, de 92 años, puso notas de humor, hizo guiños a la faceta ecologista del príncipe Carlos y en el que pareció reflejar públicamente su aceptación por Camila de Cornualles, su esposa, que está llamada un día a ser consorte.
“Es un privilegio para cualquier madre poder proponer un brindis por su hijo en su 70º cumpleaños”, arranca la reina. “Eso significa que has vivido lo suficiente para ver a tu hijo crecer. Es como —para usar una analogía que estoy segura de que tendrá aceptación— plantar un árbol y lograr verlo crecer”.
“Mi madre me vio cumplir 70 años”, rememoró después la reina sobre su celebración de cumpleaños en 1996, cuando su madre estaba a punto de cumplir los 96 años (viviría hasta los 101). “Y se la escuchó observar que 70 es exactamente la edad en la que el número de velas de la tarta finalmente sobrepasa la cantidad de aire que tienes que soplar para apagarlas”.
“A lo largo de 70 años, Felipe [de Edimburgo] y yo hemos visto cómo Carlos se ha convertido en un campeón de la conservación [medioambiental] y de las artes, un gran líder de la solidaridad, un dedicado y respetado heredero al trono en comparación con cualquier otro en la historia y un padre maravilloso.Sobre todo, apoyado por su esposa, Camila, es un hombre hecho a sí mismo, lleno de pasión y creatividad”, resaltó la soberana.
Para acabar su discurso, además, hizo un juego de palabras y llamó a su hijo con el diminutivo de duque, Duchy, que a su vez es el nombre de una marca de galletas de mantequilla británicas, apelándole de forma cariñosa con algo así como “galletita” y duque a la vez. “Así que brindamos para desear un feliz cumpleaños a mi hijo, en todos los aspectos un original duque. Por ti, Carlos. Por el príncipe de Gales”.
