¡Hiperinflación para dummies!…. como llegamos y como salimos. Caso Venezuela

¡Hiperinflación para dummies!…. como llegamos y como salimos. Caso Venezuela

REUTERS/Marco Bello

 

¿Porque el mainstream económico venezolano fallo en anticipar ese fenómeno cuya fecha de aparición está inscrito en la propia constitución de 1999? ¿Porque una hiperinflación, y no una simple inflación?

Por Alexander Guerrero @AlexGuerreroE  | Phd Economics (London)

En su seminal paper sobre hiperinflación Cagan (1956) afirma que para sobrevivir una hiperinflación hay que vivir una larga inflación. La idea detrás de esta frase es simple, una larga inflación nos dice que el país ha estado viviendo un largo periodo de inestabilidad económica, bajo crecimiento y elevada inflación, -aun y cuando este bajo “control”- y un intenso empobrecimiento. Este último concepto nos habla del fuerte impacto redistributivo que la inflación causa en aquellos sectores cuyo estándar de vida no crece al ritmo de la inflación, porque esta, por lo general, supera la tasa de crecimiento económico, en esas condiciones una economía puede crecer, pero su nivel de pobreza -incluyendo la extrema- crecerían relativamente hablando.

Este evento introduce un ritmo de energía inflacionaria con movimiento recurrente, dado que quienes manejan el Estado y sus finanzas, se conducen bajo una matriz de incentivos que prefiere “algo de inflación” porque sus políticas económicas sobreviven sobre una dimensión inflacionaria que les genera a ellos, mayor ingreso fiscal creado en el uso arbitrario del señoreaje; es decir, la capacidad de imprimir dinero en el Banco Central para monetizar el déficit fiscal, que como sabemos es el motor de la inflación, el carácter depredador de la política -en estas condiciones- se percibe como consecuencia de expandir la función del Estado sobre un creciente déficit fiscal. La inflación en estas condiciones ocurre de manera irremediable, así se mantenga en el área de la inflación bajo control; un paso antes de entrar al área de inflación fuera de control o hiperinflación, camino que es absolutamente predecible, si el profesional de la economía está al giorno de la teoría económica, la regla es única: donde hay una larga inflación, habrá una hiperinflación, los síntomas operan, la gente los siente, el dinero pierde poder de compra aceleradamente.

La afirmación del investigador viene del conocimiento que mientras más larga es la inflación -así se encuentre en la zona de control- más cerca se estará de una hiperinflación, y la razón es única, el mecanismo recurrente de crecimiento del gasto público que supera el ritmo de crecimiento económico, en el corto plazo, hará crecer recurrentemente el déficit fiscal lo cual lo llevará a la zona de contracción económica y estancamiento. Si volteamos hacia lo que ocurría en Venezuela desde mediados del 2000, era evidente que cada día se nos hacía más cercano el umbral hiperinflacionario. Muchos no lo creyeron cuando establecimos las coordenadas de la hiperinflación hacia finales del 2013, la hiperinflación ya hacia estragos, caída veloz del poder de compra del bolivar y contracción de la economía todo generado por un regimen de monetización del déficit fiscal ya en terrenos de inestabilidad sistémica…

La recurrencia en el crecimiento del gasto público vivía su frenesí entre 2007 y 2012, el gasto publico había crecido a tal velocidad que sobrepasaba el 50% del PIB, el país de la gente, del individuo y sus empresas estaban siendo estatitizadas a gran velocidad, el ritmo era insostenible, reventaría en la hiperinflación; y la economía en 12 años se había contraído en 18% del PIB; es decir, el sistema se estaba hiperinflando. El conocimiento estaba alli, solo había que utilizarlo, quienes no echaban mano de él, no pudieron predecir el fenómeno, se arropaban de un supuesto falso y sin comprobación empírica -y ninguna teoría económica- que en un “país petrolero” la hiperinflación no se presentaría nunca. En realidad, esta afirmación era una manera de ‘tracalear’ a teoría económica, además de ser un fiasco empíricamente hablando, la granada les exploto en la mano, llego la hiperinflación, ¡gastarían unos dias tratando de ver a qué hora había llegado y por donde había colado… ¡pamplinas fritas!

En el diagrama inserto en el texto dibujamos la representación gráfica y sistémica de cómo se generó la hiperinflación en Venezuela, quise presentarlo como su taxonomía, así fue titulado, muestra cómo opera el señoreaje, como se monetiza masivamente el déficit fiscal y la estructura de incentivos que empuja como consecuencia no intencionada – en los primeros momentos- hacia la hiper y porque el gobierno aceleró ese proceso para empobrecer rápidamente a la mayor cantidad de ciudadanos y transferirlos al mundo de la servidumbre, -el CLAP, por ejemplo- donde come en manos del político que controla las instituciones pervertidas del Estado, por las malas o por las buenas.. ¡Ahora podemos entrar en materia para dummies!

¿Qué es una inflación y que es una hiperinflación? ¿Acaso es importante que sepamos la diferencia?

Por supuesto, de lo contrario no se entenderá jamás como y porque ocurrió, por ejemplo, en Venezuela, particularmente porque desde sectores identificados con la economía, se llegó a afirmar que la hiperinflación no llegaría a Venezuela, por ese este un país productor y exportador de petroleo, como mencionamos arriba, eso por un lado; por el otro, en la afirmación mayoritaria del “mainstream económico venezolano” que aseguraba que lo que estábamos presenciando era una simple inflación y nunca tendríamos hiperinflación, acompañada con una inocua respuesta que ” técnicamente -eso que la gente sentía a diario en escasez, sin papel moneda, sin empleo y el dinero perdiendo poder de compra rápidamente- no era una hiperinflación” reflejaba un desconocimiento de ese importante tema, quedando en deuda ante el venezolano de a pie, quien debió haber dispuesto de la intelligentzia para ser alertado, de manera que su acción política fuera la que normalmente se espera de la gente cuando la hiperinflación comienza a empobrecer velozmente. Esa opinión no estaba relacionada a una severa contracción de la economía en curso, y de una aceleración de la velocidad de circulación del dinero por monetización masiva de un déficit fiscal, escondido por el propio gobierno y el BCV, pero que para finales del 2013 estimábamos en 28% del PIB. El mercado de la consultoría estaba prácticamente obligado a utilizar la data -falsificada- del gobierno, lo cual era un error, el gobierno, así iba dislocando la opinión del economista, importante en las condiciones que hemos narrado en esta nota…

Por su parte, la opinión pública no familiarizada con las cosas de la economía, más allá de los efectos de un mal gobierno y un entorno institucional que penaliza la propiedad privada, el emprendimiento limitado por los controles de precio impuestos en 2003. no le quedaba entonces jugar con la lógica del instinto, y si, además, no había experiencia empírica en Venezuela de una hiperinflación, las cosas se complican a la hora de comprender ese complejo proceso económico de una inflación que no está bajo control, una hiperinflación. Un amplio sector de la opinión profesional en lo económico define la inflación sobre un supuesto incorrecto, según el cual, los costos hacen subir los precios, que conduce a esta simple expresión de la inflación como proceso continuo de alza de preicos. Una definición asexuada y sin género. En realidad, la causalidad transita en contrario, la inflación es la hace subir los costos. Esta conclusión que los costos hacen subir los precios nos ha impedido comunicar la estrecha relación entre el precio del dólar y el precio del salario, o de cualquier bien de consumo masivo en el mercado. Tratando de llevar al público una visión intuitiva que no conoce pero que oye y lee nos permite ahora ir al fundamento del concepto.

La inflación no es ningún proceso seguido y continuo de aumento o alza de precios, esa definición crea un circuito tautológico que no explica nada, no explica por ejemplo, el desequilibrio causado por la creación de dinero fuera del sistema natural de producción, y que se expresa una creciente demanda por dinero que viene seguida de un desequilibrio fiscal, del ente administrativo -el Gobierno- que no le queda otra alternativa para resolver su balance que pone al Banco Central a imprimir dinero para pagar su déficit fiscal, es decir, para monetizar indefinidamente su déficit fiscal, del gobierno.

Acá reside la condición infinita e indefinida de inestabilidad, porque bajo ese mecanismo de impresión de dinero que no se corresponde con la demanda nocional de la economía, se encierra una indefinida inestabilidad en el mercado del dinero, efectivo y digitalizado, que se origina en su incapacidad de resolver lo que les ocurre a todos, pero en el caso del gobierno, no matar sus incentivos de gastar, cuando dispone del dinero FIAT, del cual es el emisor, o productor, y está bajo el poder institucional del Gobierno; es decir, perdió su independencia funcional y autonomía administrativa.

Este proceso no tendrá fin, hasta el momento en el cual no se detenga físicamente a través de una potente reforma fiscal y en una correspondiente reforma monetaria, y fundamentalmente vuelta a un Estado de Derecho, con un ‘rule of law’ que devuelva la acción económica a la gente, es decir, al mercado, alli donde competitividad arbitraje -léase mercado y derechos de propiedad- y formacion de precios funciona sobre una base tecnológica y el poder de valorización subjetiva de la gente, productores y consumidores, hará crecer la economía, ya es hora de aprender que sin libertades no hay crecimiento económico. En otras palabras, hasta que no se privatice la acción económica en ese entorno, de Estado Fallido, donde su inmovilidad de detener su gasto, el gobierno prefiere embarrancar a la gente.

Este proceso no tendrá fin, hasta el momento en el cual no se detenga físicamente a través de una potente reforma fiscal (y por ende en una correspondiente reforma monetaria) y una vuelta a un Estado de derecho, con un rule of law, que devuelva la acción económica a la gente, es decir, al mercado…….

Así entramos a una definición más precisa de la inflación como un continuo proceso de pérdida de poder adquisitivo -de compra- de la moneda, y que en el caso del bolívar este ha perdido el 99% de su poder de compra, de un salario mínimo de $250 a $ 2. Visto que los precios se expresan monetariamente, es su poder de compra donde se refleja el nuevo y perturbado precio. Ello quiere decir, que los precios crecen medidos en el dinero/moneda, y es esta la que pierde poder de compra, hago énfasis circular para demostrar el origen monetario, ingreso fiscal monetario o el conocido impuesto inflacionario que paga el déficit fiscal.

La inflación no es un fenómeno -de alza de costos, sino que es un fenómeno monetario, políticamente definido, porque los volúmenes -físicos- de dinero puesto en circulación está en manos del Gobierno/Banco Central, entes administrativos que deciden confiscar al ciudadano a través del impuesto inflacionario, el mecanismo que disminuye violentamente el poder adquisitivo de la unidad monetaria.

En otras palabras, este, el concepto clásico más aceptado de inflación en la literatura nos muestra entonces la razón por la cual la inflación es esencialmente un fenómeno monetario, y particularmente político, porque el exceso de dinero creado en el Estado, léase banco central es por decisión política del gobierno, en virtud que este requiere del señoreaje y dinero para financiar y monetizar su déficit fiscal, el recurso de última instancia -last resort- el financiamiento con hiperinflación.

Así regresamos en el argumento inicial, caminamos por una fraseología tautológica, pero conseguimos el origen de eso que llaman “continuo proceso de alza de precios “así encontramos el origen del problema y resolvemos en conundrum que implica una definición incorrecta de la inflación.

Ese fenómeno llevo a Fisher (1919) y posteriormente a Friedman, expresar la ecuación fundamental de precios y dinero como -su punto de equilibrio- MV=PY que explica que la cantidad de dinero en exceso implica crecimiento de precios por encima de su relación de equilibrio, lo cual induce una caída del producto nacional -en el largo plazo.

Si ese proceso se disloca, circular o en forma de espiral, la inflación sale del umbral de control, -creciendo el desequilibrio fiscal por inducción monetaria- llamamos ‘inflación fuera de control’ o hiperinflación, en la terminología Cagan, Friedman (1956). Eso fue precisamente lo que ocurrió en 2013.

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