La Navidad más amarga del chavismo

La Navidad más amarga del chavismo

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Un mensaje comenzó ayer a recorrer Caracas a toda velocidad. Por teléfono, en las redes sociales, convertido en un golpe de esperanza última ante las Navidades más tristes de su Historia. “Atención: Para mañana, durante todo el día, Operativo Especial de Abastecimiento Soberano garantizando al pueblo la venta de leche, café, azúcar, aceite, mantequilla, harina, pan, papel sanitario, jabón de baño, pasta regulada, pañales, toallas sanitarias [compresas], desodorantes y productos cárnicos junto a huevos y embutidos en todos los [supermercados estatales] Bicentenarios”, comenzaba el mensaje que llenó de ilusión a los más ingenuos, reseñó El Mundo.

Todos esos productos se venden hoy a precios prohibitivos para los venezolanos por culpa de la hiperinflación que cerrará el año con una subida de 1.200%, según el Parlamento. Y eso si se encuentran, porque la escasez es como una ruleta rusa. En Colombia, país vecino que ya ha recibido a más de medio millón de emigrantes, la inflación de 2017 estará por debajo del 4%. “Recibe tu número de control de entrada en tu celular enviando la palabra ‘sueña’ al 12 2017 y estarás participando en el sorteo de un avión para que te bajes de esa nube”, culminaba el mensaje, que se despedía con un mordaz “atentamente”. Como si el Charles Dickens de Cuento de Navidad hubiera ordenado a su malvado Ebenezer Scrooge escribir tan pérfido mensaje.





Tanta es la desesperanza que muchos no rieron el humor criollo, “el único refugio que nos queda”, según la enfermera María Lares, de 23 años, quien reenvió el mensaje a toda su agenda de contactos. Venezuela llega a la Nochebuena y al día de Navidad sumida en un rebrote de las protestas sociales y soportado largas colas ante las gasolineras. Las calles permanecen semivacías y no se escuchan ni tracas ni petardos, escenificación obligada de las Navidades mínimas de la revolución. Para más inri, los venezolanos se sentarán a sus mesas añorando las tradiciones gastronómicas robadas por el derrumbe económico.Como las hallacas, un tamal de harina de maíz relleno con guiso de carne y gallina, aceitunas, alcaparras, pasas y cebollas.

Los ingredientes están tan caros que pocos hogares se han lanzado a cocinarlas, pese a que su sabor les fascina y va más allá de su calidad para convertirse en una pieza fundamental de la antigua alegría navideña.

Los precios son tan disparatados que una familia requiere más de dos millones de bolívares (entre cuatro y cinco salarios mínimos) para comprar estos tamales. Una Navidad sin hallacas es como una Nochevieja española sin uvas o como la Noche de Reyes sin el tradicional Roscón.

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