Rafael Rodríguez Mudarra: Renovación de los partidos

Rafael Rodríguez Mudarra: Renovación de los partidos

Lo hoy planteado  ante la opinión pública con tardanza inexcusable respecto  a las  condiciones que han de darse para la conformación de los partidos políticos  y   la renovación de los mismos para el ejercicio de los derechos de  reunión pública  y de manifestación, verificación  y actualización  de nóminas de inscritos  por parte del hoy  llamado Poder Electoral, cual por  disposición constitucional  , como  rama autónoma  del Poder Público , no subordinado,  actuando con responsabilidad social, confiabilidad e imparcialidad  debe regular  los derechos de participación política en todos los procesos  electorales que se realicen en el país, no es nada nuevo, que pueda colocarnos en condiciones de inocencias  sorpresivas, ni admite excusas  para justificar la falta de iniciativa legislativa de reformar la  ley sobre los partidos;  si se toma en cuenta que sobre el  asunto aludido  el Tribunal Supremo de Justicia en Sala Constitucional emitió criterio con fuerza vinculante  el día  05 de enero 2016 ;  lo que nos  fuerza  sostener   que  la minoría  política que viene atribuyéndose  la conducción de la oposición  ha empeñado su energía en defensa  de posiciones subjetivas por conquista de liderazgos  intranscendentes, con omisión visible  de una actividad combativa y de principios  idónea,  inclinados   a no entender que la participación del pueblo para el logro  de la sana ejecución  y control de la gestión pública, está en reconocer que  su protagonismo se  ejerce  mediante el voto,  defendiendo   los programas  que conllevan a los ciudadanos  a asociarse con fines político,  mediante el logro de permanencia  de las  instituciones partidistas.

Negar que la mayoría del pueblo elector, así lo han entendido y expresado los que se han adentrado en el estudio  de nuestra sociología  política, no está disconforme con muchas de  las actuaciones  contradictorias e indebidas reflejadas por imprecisiones  conceptuales,  variable e irresolutas;  tomadas con ausencia de consulta por el partido MUD; y no alertar sobre el particular,  conduciría  a imponernos  una cautela  que nos  obstaculiza  exculpar la  “excrecencia burocrática” de un  régimen,  decimonónico conformada  por un grupo de intocable e innombrable, que se rotan los despachos de la administración pública  no por capacidad para ejercerlos,  sino por acuerdos políticos a capricho de quienes los pactan; y concentran a la mayoría de los poderes públicos, para en forma autoritaria  y con pretensiones  continuistas hacer del poder  su patrimonio; no sería otra cosa que arriar las banderas de lucha  que  en razón de la situación coyuntural que estamos viviendo, nos impone la colectividad, sin distingo de credo ni de clase.

Por razones de   conciencia oposicionista al régimen,   consecuente  con la ética política, sumado sin ánimo de incordio  a la predica  de la “UNIDAD DEL PUEBLO”, para la reconquista de los derechos conculcados;   he de inclinarme a considerar por ser difícil no quererlo entender, lo que por imperativo  es harto conocido, cual no es otro que    colocarnos al lado de  los que sostienen, que la “oposición venezolana  vive una profunda crisis: no es una crisis ideológica. Es una crisis de representación” Una crisis en la cual se ha perdido la conexión entre representantes y representados,  siendo evidente que la confianza  entre ambos es precaria  llegándose  a sostener  que ya no existe”.

Durante  “la campaña por el referendo revocatorio la comunicación entre la MUD y  el pueblo opositor ,  fue coherente  en cuanto a la   voluntad sincera  para la recolección de las  firmas”, hoy trastocada  por la invención del dialogo  manipulado por el gobierno; y por  inventos de salidas  electorales no previstas, propiciadas por un sector de la oposición,  carente de  asidero legal, sumadas contradicciones internas inclinadas más a la imposición de liderazgo, que al objetivo fundamental  de la   defensa de la Constitución, con  peligro a futuro   de que se pueda  olvidar que hoy está planteado la reivindicación de la libertad y la igualdad política; así como el imperio de estas conquistas para que  por fuerza de la voluntad popular de las masas  se proceda al  respeto y cumplimiento electoral, sin concesiones vergonzosas  que pretendan  impedirlo.

La sentencia   de la Sala Constitucional  que  en forma   contraria a la ley de   “Partidos Políticos, Reuniones Políticas y Manifestaciones “ profiere  a su manera  la interpretación requerida,   ordenándole  al CNE  adecuar su criterio a   la regulación  y verificación de nóminas  de  inscritos en los partidos políticos,  mediante la cual si bien acepta el voto de los venezolanos  con doble  nacionalidad, prohíbe la doble militancia, no es más que una  maniobra,  urdida por  el autoritarismo: “para instaurar al PSUV como partido único de gobierno”,  aventando la dispersión de otros grupos de apoyo gubernamental que pudieran  hacerle contrapeso; dejando sin asidero de cargos  al  partido  Comunista de Venezuela, él  cual hoy,  haciendo uso de la no identificación de  su militancia, rechaza la renovación;  y como quiera que las organizaciones que conforman   el partido MUD, no están integradas en esta organización a manera de coalición temporal, por no haber participado en las elecciones parlamentaria como “entidades autónomas y con colores propios”, corren el riesgo de no poder renovarse,  por condiciones, conocidas y denunciadas  que se lo impiden, pudiendo  sucederse que las organizaciones que integran  la MUD, hoy único partido de la oposición legalizado, no puedan ser oferentes de propuestas como  partidos autónomos,  dada la pérdida de legitimidad, lo que  evidencia que el  propósito de  “ LAS TRAMPAS” del  autoritarismo gubernamental de predominio militar,  es propiciar  que la” Representación Proporcional de las Minorías” quede abolida en cuanto   a su participación en las elecciones regionales y se produzca  la  abstención ansiada por el gobierno; a la vez evitar que mediante  el fortalecimiento del pluralismo participativo  se logre el cambio que requiere el país; por lo que habida cuenta y en consideración a las eventualidades  que puedan limitar la presencia opositora en las elecciones regionales, está  la  de entender, que dada las características propias de liderazgos regionales , debe conformase un “ ACUERDO de Representación  Nacional”, capaz de actuar conforme a las exigencias unitarias de participación en la escogencias  de gobernadores de estados y demás cargos de elección popular.

En las elecciones pasadas por intransigencia de la MUD; el partido  PSUV   se  hizo de la mayoría de las gobernaciones, como de los demás cargo de elección popular. Recordar la voluntad unitaria del pueblo en las elecciones capitaneadas por JÓVITO VILLABA en el año1952,  es  un deber patriótico.

Abogado, político, presidente del partido Unión Republicana Democrática (URD).

 

 

 

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