Ochos días en crucero para conocer el Medio Oriente

Ochos días en crucero para conocer el Medio Oriente

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Cuando uno sale de viaje se da cuenta de que lo más caro siempre suele ser el alojamiento y las comidas. Precisamente esta razón es la que impulsa a los cruceros como excelentes aliados de los turistas, pues los menús y la pernoctación quedan cubiertos dentro del barco. Esta ventaja es aún más acusada en el caso de desplazamientos hasta países donde el lujo hace su aparición en cualquier rincón. Por ejemplo, Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Qatar, tres naciones que conforman las paradas de una ruta por mar impresionante. elconfidencial.com

En régimen de pensión completa, un elegante navío con piscina y simulador de Fórmula 1 será el medio de transporte que llevará a los pasajeros por un recorrido de ensueño. El puerto desde donde se parte es Dubái, pero la primera ciudad que se visitará será Abu Dhabi. Entre sus calles aparecen puntos de interés tan populares como la Gran Mezquita –el templo que puede presumir de ser el más grande de Emiratos con sus 20.000 metros cuadrados– o el Palacio Real. A pesar de tener este nombre, la verdadera residencia del rey del país se encuentra a poca distancia de este hotel de lujo escenario de la película ‘Sexo en Nueva York’. Todo su interior es de oro –desde los ascensores hasta las virutas con que se decoran los cafés– así que, si consigue separar sus ojos de la decoración, pruebe a echar un vistazo a la escalinata exterior: no le defraudará.

La Gran Mezquita de Abu Dhabi (iStock)

Si se viaja con niños es posible que deseen conocer el famoso Ferrari World, un parque de atracciones en mitad del desierto donde se encuentra el famoso circuito de Fórmula 1 de Abu Dhabi. No es excesivamente barato, pero si se desea experimentar la fuerza de la gravedad a 120 km/h es un lugar que se debe visitar. Además, se sentirá como un auténtico Fernando Alonso si accede al cercano Yas Viceroy Hotel, una magnífica arquitectura ubicada en el propio circuito.

Abu Dhabi quedará atrás al partir hacia Sir Bani Yas Is, una isla que dispone de una reserva natural que ocupa más de la mitad de su territorio. Flora, fauna y naturaleza son el atractivo de un lugar donde también se puede disfrutar de una tranquila jornada de playa o un emocionante safari entre manglares. La jornada posterior se dedica al descanso, pues el crucero navega todo el día en dirección a Qatar. Para amenizar las horas, se puede hacer uso de la piscina de la nave, de su pista de squash o su cine en 4D.

Así es la piscina que disfrutará a bordo (MSC)

Este inolvidable viaje en crucero continúa en Qatar, donde se visita la ciudad de Doha. Imprescindible resulta un paseo por su zoco, su centro histórico y su torre Aspire, una estructura de 300 metros que se levanta sobre este ‘skyline catarí’ y se posiciona como el edificio más alto del país. Al día siguiente, Bahréin estará esperando a los turistas con los brazos abiertos para enseñarles su famoso circuito de F1 y mostrarles las perlas extraídas del mar que forman parte de sus ‘tesoros’ más preciados.

Dubái, la ciudad que se creó para el turismo

Los dos últimos días del crucero se dedican a Dubái, una ciudad de reciente creación que nació para buscar ingresos provenientes del turismo. El rey Sheikh Rashid bin Saeed consideró que el país debía buscar una fuente económica diferente al petróleo en previsión de que este recurso natural pudiera llegar a acabarse en algún momento. Por ello, en la década de los 80 decidió fomentar la llegada de extranjeros y, entre otras medidas, amplió el aeropuerto para que un mayor número de aerolíneas pudiesen utilizar sus pistas.

La colorida ciudad de Dubái se construyó pensando en el turismo

Tras su muerte en 1990, su sucesor continuó la labor que había emprendido. Los esfuerzos dieron sus frutos, y actualmente tan solo el 20% de la economía de Dubái depende del oro negro –frente a la dependencia total, del 100%, que registra la ciudad de Riad en Arabia Saudí–. Desde entonces, la afluencia de turistas no ha parado de crecer y es muy frecuente verles admirando el edificio más alto del mundo. Con sus 828 metros, el Burj Khalifa aparece en el horizonte dubaití alzándose como una mole de 163 plantas.

Y es que hablando de arquitectura, Dubái es única. También sobre su suelo se levanta el conocido Burj Al Arab, el único hotel de 7 estrellas del mundo que se ‘enfrenta’ al viento a diario retándole con su forma de vela. Bien merecida también es la fama de The Palm, un enclave singular por su original forma de palmera elaborada por la mano del hombre sobre el mar. En ella se localiza el hotel Atlantis, un imponente lugar que dispone de un gigantesco parque acuático y un centro comercial.

The Palm, la ‘palmera’ más famosa de Dubái

Pero sin lugar a dudas, el centro comercial más impresionante de Dubái es el Dubai Mall. Con casi 550.000 metros cuadrados, en su superficie se pueden encontrar tiendas de todo tipo: desde grandes firmas hasta otras menos conocidas e incluso algunas del grupo Inditex. Si se busca huir de las compras por un rato, es posible comprar entrada para disfrutar de su acuario –paseo en barquito de suelo de cristal incluido– o contemplar el espectáculo de luz y sonido de sus fuentes exteriores.

Las fuentes del Dubai Mall son las más grandes del mundo: miden 275 metros de largo –un 25% más que la Bellagio de Las Vegas–, se ilumina con 6.600 focos y sobre sus chorros se proyecta la imagen proveniente de 50 videoproyectores. Si el hambre aprieta y no queremos volver al barco, se puede comer o cenar muy bien en los restaurantes del paseo conocido como ‘The Walk’ o en la zona de ‘La Marina’. ¿A qué espera para conocer nuevas culturas a bordo de un barco?

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