Juan José Moreno: Las indignantes cadenas de Maduro

Juan José Moreno: Las indignantes cadenas de Maduro

thumbnailjuanjosemorenoSi existe alguna ley que la población aspira con urgencia, aunque por ahora el TSJ las desapruebe como a todas las que respondan a los intereses generales de los venezolanos, es precisamente esa con la que la representación del pueblo ante la Asamblea Nacional pretende, contra con las dificultades presentes, regular el uso de los medios de comunicación audiovisuales y radiofónicos. Es la llamada Ley de Transmisiones Simultáneas, Publicidad Oficial y Medios Públicos, aprobada en primera discusión. Porque resulta realmente indignante, al igual que un atropello contra la sensibilidad y el interés de la inmensa mayoría de los sufridos pobladores de este país, el abusivo uso de los medios de comunicación por parte del presidente Maduro y de todos los cómplices de su mal gobierno.

Citando algunas de las razones que motivan la aprobación de la citada ley, podemos encontrar en su exposición de motivos, entre otros argumentos, los que se refieren al “uso exacerbado” de las llamadas cadenas que, en justicia, deben ser utilizadas de forma excepcional en caso de urgencia, necesidad e interés público. “En estas alocuciones o mensajes, además, se ha observado con cada vez mayor frecuencia la difusión de mensajes proselitistas o partidistas, y la imposición de líneas informativas que afectan la actividad comunicacional en Venezuela y, sobre todo, que han resultado en la violación de los principios de pluralidad y diversidad, que son garantías fundamentales de la libertad de expresión”, reza en uno de sus párrafos el mencionado documento.

En lo personal, y estoy seguro que se trata de una opinión generalizada de los venezolanos, resulta indignante escuchar al jefe de un Estado en situación de ruina y desvalorización moral y ética como la que hoy sufre Venezuela, sin precedentes en la historia de la nación, insistir en los demostradamente fracasados planes de “gran potencia” del país, precisamente en momentos cuando los medios de comunicación social de todo el mundo, y los pocos que van quedando aquí, muestran nuestra miserable realidad.





Nos indigna vernos privados de disfrutar del programa de radio o televisión elegido por cada uno de los venezolanos que buscamos en los medios de comunicación a nuestra precaria disposición, para informarnos del acontecer nacional o internacional o simplemente para distraernos. Como nos indigna que, encima de lo anterior, el Presidente nos someta a su vulgar y descalificador discurso contra la voluntad de la mayoría de los venezolanos que hoy lo rechazan, por su fracasada gestión al frente del Ejecutivo. Nos indigna que derechos tan fundamentales como el de la réplica nos sean desconocidos, mientras toda una pandilla de incultos y mal hablados personeros del PSUV usan los medios públicos, como también los privados, que les ceden sus micrófonos y cámaras para que nos bombardeen con sus permanentes insultos. También nos indigna el permanente chantaje a los medios privados a los que se les pretende negar la concesión del espectro radioeléctrico al que tienen derecho en cualquier país que se considere democrático, además de los daños económicos y pérdida de esfuerzos humanos a los que son sometidos cada vez que el Presidente se encadena para sus exageradas y generalmente inútiles peroratas.

Y tan indignante como todo lo anterior, nos resultan los contenidos convertidos en mensajes con los que el régimen pretende justificar la dictadura que trata de imponer en el país, al convertir las instituciones del Estado en simples apéndices de un gobierno que niega a los venezolanos el derecho a elegir y destituir a sus gobernantes; que desconoce el papel del Poder Legislativo para investigar a los funcionarios corruptos, generar las leyes que el país reclama y, entre otros, aprobar o desaprobar los presupuestos de la nación; que niega a las mayorías del país el acceso de los bienes de consumo y los servicios públicos fundamentales; y que impone un estado de terror mediante la persecución y el secuestro de quienes manifiestan oposición a una situación tan inaguantable como la que hoy sufren todos los venezolanos.

Ya vemos venir la costosa campaña a través de los distintos medios públicos, extendida a los privados, para tratar de convencer a los venezolanos, de que la prioridad del país es la que planteó Maduro en su más reciente exabrupto y cínico pronunciamiento, según el cual la emergencia económica, creada por su propio gobierno y el de su antecesor, priva por encima de todo interés, y de acuerdo al cual no habría revocatorio ni elecciones de gobernadores, porque se saben estruendosamente derrotados en cualquier elección a la que aspire la población.

Por eso, debemos reiterar nuestro llamado a la población a avanzar por sobre todos los obstáculos, trampas, e indignantes cadenas, en nuestro empeño de rescatar la democracia secuestrada por los verdaderos golpistas desde hace 18 largos años. En tres días, del 26 al 28 de este mes, demostraremos una vez más, con nuestra concurrencia a los centros del CNE que deberán ser habilitados para aprobar el referéndum revocatorio, que nuestras mentes no han sido penetradas por la estruendosa propaganda del régimen pese a que nuestros estómagos permanezcan vacios.
@JJMorenoA