Representantes reclaman cupos en planteles públicos

Representantes reclaman cupos en planteles públicos

AP Foto/Ariana Cubillos

Fotografía del 1 de junio de 2016 muestra sillas y escritorios en un salón de clases abandonado en una escuela secundaria pública en Caracas, Venezuela. Oficialmente, Venezuela canceló este año 16 días de escuela, incluyendo clases del viernes, debido a una crisis de producción de electricidad. En realidad, los niños venezolanos están perdiendo ahora un promedio de 40% de tiempo de clases, calculó un grupo de padres de familia, y una tercera parte de los maestros falta a clases cualquier día dado para formarse en filas para conseguir alimento. (AP Foto/Ariana Cubillos)
AP Foto/Ariana Cubillos

 

Es una preocupación compartida. Según el Plan Estratégico Caracas 2020, que elaboró la alcaldía Metropolitana, a la capital le hacen falta 103.653 aulas para el nivel preescolar. Caracas también necesita unos cien liceos, informa El Universal.

Aunque las autoridades aseguran que el sistema de educación público tiene la capacidad física para acoger en este período escolar a todos los niños que lo requieran, tomando en cuenta la migración de estudiantes de instituciones privadas a las oficiales, lo cierto es que los representantes deambulan por las zonas educativas y planteles públicos con rostros preocupados.

Gustavo La Cruz llegó a las 5 a.m. al Circuito Educativo Suroeste en Montalbán y le entregaron el número 60 de 300. “Me siento mendigando un cupo cuando en realidad es un derecho. Venga mañana, luego pasado mañana y así nos tienen. Es un peloteo”, dice La Cruz, quien tuvo que retirar a sus dos hijos de un colegio privado en Montalbán y está buscando cupo en la U.E.N. Pedro Fontes.

Hace cuatro años La Cruz sacó a sus hijos de este liceo luego de que mataran a uno de los estudiantes de un tiro en la cabeza a las puertas del plantel. Pero ahora las circunstancias lo obligan a volver.

“Cuando el Gobierno anunció los últimos aumentos de salario y tickets de alimentación me botaron de la clínica donde trabajaba como auxiliar de quirófano. No puedo costear la inscripción de mis dos hijos que este año quedó en Bs 60 mil. Hace tres años gasté Bs 6 mil entre inscripción, uniformes, útiles y mensualidades”.

La Cruz ha pensado hasta en mandar a su hija, que pasó a 2° año, a vivir con su abuela en San Cristóbal donde es más fácil conseguir cupo en un centro educativo. “No quiero que quede en el aire”.

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