Una explosión de origen criminal se produjo la madrugada del lunes en el Instituto Nacional de Criminalística y Criminología (INCC) de Bruselas, sin causar heridos, informó la fiscalía de Bruselas.
“No había nadie en el sitio” del INCC, principal centro científico de la justicia belga, dijo el portavoz de la fiscalía, que rehusó pronunciarse sobre las causas de la explosión, afirmando únicamente que ésta era de “origen criminal”.
Según medios de comunicación belgas, dos personas iban dentro de un vehículo, lanzaron un “artefacto incendiario” contra el edificio y luego prendieron fuego al automóvil.
El INCC, ubicado en el norte de la capital belga, es una institución científica que se encarga, principalmente, de la identificación y del análisis de las huellas de sospechosos.
“Los daños son importantes”, dijo Pierre Meys, un portavoz de los bomberos.
“La explosión fue muy violenta”, añadió Meys. “Las ventanas del laboratorio estallaron y fueron expulsadas a varias docenas de metros”.
Decenas de bomberos fueron desplegados hacia las 03H00 de la madrugada para apagar el incendio que se desencadenó, agregó.
Según los medios belgas, la explosión despertó a varios vecinos y muchos de ellos vieron una columna de humo negro procedente del lugar.
Se cortó parcialmente la circulación en los alrededores del Instituto.
Un “centro de crisis” ha sido instalado por la fiscalía de Bruselas, que ha previsto dar una rueda de prensa a las 09H00 GMT, según el portavoz.
El Instituto Nacional de Criminalística y Criminología de Bruselas es una institución científica dependiente de la justicia federal belga.
Entre las tareas confiadas al INCC figuran la identificación y el análisis de huellas de sospechosos y del “modus operandi, ayudando así a encontrar a los autores de crímenes y a establecer así la carga de la prueba”, explica la institución en su página web.
Además, el INCC también examina “el funcionamiento del sistema penal y el modo en que éste puede mejorarse”.
Bélgica está en estado de alerta desde que se produjeran atentados coordinados el 22 de marzo en el aeropuerto internacional de Bruselas y en la estación de metro de Maelbeek, que causaron 32 muertos.
El grupo Estado Islámico (EI) reivindicó los atentados, así como el ataque con machete el 6 de agosto contra dos policías.
Las autoridades se toman muy en serio cualquier alerta que se lance.
En agosto, dos vuelos internacionales aterrizaron en el aeropuerto de Bruselas después de que se diera la voz de alarma por bomba, unas alertas que resultaron ser falsas.
AFP
