A la industria venezolana se le acaba el tiempo

A la industria venezolana se le acaba el tiempo

  REUTERS/Carlos Garcia Rawlins
REUTERS/Carlos Garcia Rawlins

La escasez de materias primas, insumos y repuestos necesarios para producir bienes y servicios, está llevando a la industria nacional a una situación de parálisis cada vez más acentuada, que tendrá consecuencias impredecibles para el empleo, el abastecimiento y la economía en general. Así lo señaló el presidente de la Confederación Venezolana de Industriales, Juan Pablo Olalquiaga, al expresar su profunda preocupación ante la falta de medidas urgentes por parte del Ejecutivo nacional que permitan reactivar la actividad productiva en el país.

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El máximo dirigente de la industria venezolana se dirigió a la opinión pública para manifestar seriamente que, si bien las empresas han puesto todo su esfuerzo en seguir produciendo al máximo de su capacidad, los inventarios de la mayoría de las industrias están reducidos a su mínima expresión y, en muchos casos, agotados. Esto ocurre porque el gobierno, quien tiene el monopolio de las divisas debido al control de cambio impuesto desde el año 2003, prácticamente no ha entregado recursos para la adquisición de materias primas desde noviembre de 2014.

Por esa razón, las líneas de crédito de las empresas con sus proveedores internacionales de materias primas, insumos y maquinarias están cerradas debido a que no se ha cancelado la deuda del sector que ya supera los 12 mil millones de dólares.

A esto se le agrega el control de precios y la Ley de Precios Justos que han mantenido fijos durante años los precios de los productos de la cesta básica, así como los de medicamentos, productos de higiene personal y del hogar, entre otros, mientras que los costos de las materias primas y laborales se han venido incrementando frecuentemente. Ninguna empresa, por muy grande que sea, puede producir a pérdida de manera indefinida.

Olalquiaga manifestó la gran preocupación de la dirigencia industrial venezolana por cuanto la crisis de las empresas productoras está poniendo en riesgo la estabilidad del empleo, los ingresos de los trabajadores y obliga a los consumidores a hacer largas y penosas colas ante supermercados, abastos y farmacias para poder llevar la comida a sus hogares, adquirir medicamentos, productos de higiene personal, de aseo del hogar, y muchas cosas más.

El presidente de Conindustria, señaló: “Ustedes, nuestros trabajadores, conocen las dificultades que están afrontando las industrias para las cuales trabajamos. Muchos de los productos que elabora la industria nacional se venden, por obligación, a precios que hacen imposible aumentar sueldos y beneficios. Muy por el contrario, la caída de la producción nos hace ver a diario, trabajadores que se devuelven a sus casas, con salario básico, sin bonos de producción y sin una mínima expectativa de que este problema se pueda resolver en los próximos días, semanas o tal vez meses”.

En el sector industrial preocupa la inacción por parte del Ejecutivo Nacional. Desde hace meses se han estado anunciando medidas económicas que nunca llegan; en reiteradas ocasiones se han convocado mesas de trabajo para hacer diagnósticos pero sin que se produzcan resultados concretos.

Conindustria planteó una propuesta de cinco puntos para reactivar al sector manufacturero en el largo plazo, con la finalidad de abastecer el mercado y acabar con las colas. Dichos puntos son: cancelación de la deuda a los proveedores extranjeros para lo cual se pueden utilizar herramientas del mercado financiero; flexibilización del mercado cambiario mediante la creación de un mercado alterno de divisas legal, transparente y libre; adecuación y flexibilización del control de precios acompañado de un mecanismo de subsidios directos; recuperación de la capacidad productiva del sector industrial en manos de la Administración Pública con el apoyo e integración del sector privado y el regreso de la Ley de Ciencia y Tecnología a su espíritu original.

Pero este planteamiento no ha tenido una respuesta por parte de los funcionarios del sector público.

A esto se agrega el Decreto de Emergencia Económica que permite nuevamente al Ejecutivo nacional tomar medidas que pudieran afectar aun más la operatividad de las empresas productivas del sector privado, como es el caso de intervenciones y expropiaciones que lejos de resolver el problema de abastecimiento, han contribuido a profundizarlo.

En este sentido, Conindustria hizo un llamado a que el gobierno nacional aplique correctivos a la economía; se estimule la producción nacional, se garantice la propiedad, se establezca un cambio competitivo y se permita una ganancia razonable para las empresas.

Olalquiaga insistió en la necesidad de acabar con este círculo vicioso. La industria venezolana genera actualmente 400.000 empleos directos y 1.200.000 indirectos. Pero, lamentablemente, la falta de condiciones para producir está atentando contra esta capacidad empleadora y contra la producción. “El tiempo se acaba. No queremos más líneas de producción paradas, ni empresas cerradas. Queremos producir más y generar empleos de calidad”.

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