Alfonso Molina: La AN ante cuatro frentes VIENE LA BATALLA COMUNICACIONAL

Alfonso Molina: La AN ante cuatro frentes VIENE LA BATALLA COMUNICACIONAL

thumbnailalfonsomolinaA nadie puede sorprender las reacciones del Ejecutivo y de su fracción parlamentaria ante la instalación de la nueva Asamblea Nacional. Sabíamos que comenzaría una guerra prolongada y desequilibrada entre la mayoría democrática del Parlamento —consagrada en las elecciones del 6-D— y el resto de los poderes públicos, dominados groseramente por el oficialismo.

Conocíamos también las amenazas de Diosdado Cabello y Nicolás Maduro, fraguadas con la anuencia del TSJ, hacia el Poder Legislativo. Tampoco esto es noticia, sino simple ratificación de las sospechas. Lo más interesante de este cuadro político reside en cuatro frentes de batalla: el político, el jurídico, el económico y, muy importante, el social. Lo que proponga y haga la MUD en esos cuatro espacios de lucha se tornará fundamental para mantener el apoyo de los ciudadanos que dieron, literalmente, un voto de confianza a los diputados democráticos.

Afortunadamente, en esas cuatro áreas la MUD cuenta con especialistas de primer orden que no solo pueden responder los desaguisados del Gobierno Nacional sino que pueden y deben ir más allá al proponer políticas de cambio en cada una de esas materias. La MUD no puede gobernar hoy —lo sabemos— pero sí legislar para lograr los avances que los ciudadanos requieren y, sobre todo, debe vigilar la conducta del Ejecutivo y los otros poderes públicos. En este punto comienza otro campo de batalla.





El Gobierno Nacional intentará sitiar a la nueva AN a través del incumplimiento del presupuesto, del desconocimiento de las leyes promulgadas pero no publicadas en la Gaceta Oficial, del acoso judicial a sus miembros, de la agresión verbal y física y, cómo no, del aislamiento comunicacional. Tratará de impedir que los logros de la bancada democrática sean conocidos por los ciudadanos y tratará de culpar a los parlamentarios de la ‘guerra económica’, de las colas ante los abastos y supermercados, de la escasez de medicinas y de todas las manifestaciones de la actual crisis económica y social que padecemos. Con su hegemonía en los medios masivos venezolanos —públicos y privados— y su persecución a La Patilla, El Nacional y TalCual —ahora también a Globovisión y Televen— buscará cercar las voces disidentes. Desde la Asamblea comenzará una defensa legítima de la libertad de expresión. Se dará inicio a la batalla de la comunicación.

Esa batalla se librará esencialmente a través de los cambios que se operen en ANTV —ahora bajo la conducción de Omar González Moreno, diputado de Vente Venezuela— y los pocos medios independientes que aún funcionan. El canal de la AN puede convertirse en el instrumento esencial para construir una nueva referencia periodística, en particular, y comunicacional, en general. Hay muchos profesionales dispuestos a cooperar en estas lides. Pero, además, el parlamentarismo de la unidad democrática debe apoyarse en el periodismo digital venezolano, quizá el más avanzado de la región.

En otros países, los periodistas amigos se asombran de la existencia y permanencia de tantos portales informativos que tenemos en Venezuela. Aquí al lado, en Colombia, existe una poderosa industria editorial y un sistema de medios electrónicos muy importante, con presencia fundamental tanto en el periodismo nacional como en el regional. Su comunicación digital es, en la mayoría de los casos, la expresión en la web de sus medios impresos o audiovisuales, ya sean masivos o segmentados. Solo se da el caso de Las2orillas, La Silla Vacía, Pulzo e Inteligencia Petrolera como medios estrictamente digitales. Esto tiene una explicación muy sencilla, casi una ecuación. En aquellos países donde rige la libertad de expresión las redes sociales casi se limitan a funciones comerciales, institucionales, personales o familiares. En cambio, donde los medios son perseguidos, sacados del aire, comprados o chantajeados, se desarrolla una poderosa corriente de combativo periodismo digital que mantiene informada a la población, junto a las cuentas de Twitter y Facebook. La mejor manifestación de esta vertiente en América Latina somos México y Venezuela aunque por razones distintas. Lo bueno en nuestro caso es que el futuro del periodismo, la televisión y la radio —aquí y en todo el mundo— es digital y ya nosotros estamos en esa senda.

La batalla comunicacional viene, es inminente e inevitable. Hay que librarla. Esto tampoco es una sorpresa

Publicado originalmente en Ideas de Babel