José Machillanda: Una decisión cívica trascendental

José Machillanda: Una decisión cívica trascendental

thumbnailjosemachillandaEl 6D de 2015 constituye un momento político de tensión electoral que define un cambio político categórico como consecuencia de un voto ético. Voto ético expresado por una vastedad social que decidió de manera cívica rechazar 16 años de militarización de la política y de la sociedad en los cuales quienes han ejercido el gobierno han pretendido falsificar nuestra historia y han logrado destruir nuestras instituciones imponiendo el orden social por vía de la Teoría de la Coacción.

El 6D y el voto ético de esa vastedad social decidieron poner coto a la arbitrariedad de un régimen perverso, responsable por delicadas variaciones sociales sobre los venezolanos y aupada por quienes caprichosamente pretendieron imponer un modelo anacrónico, fracasado e inhumano que condujo a una regresión económica, política, social pero sobretodo moral en contra del gentilicio venezolano y a la manera tradicional de vivir, pensar, aspirar y lograr metas según el esfuerzo, interés y trabajo creador del venezolano.

El 6D muestra al venezolano inteligente frente a la oportunidad para lograr con su voto una sucesión, transferencia y reemplazo de quienes por 16 años han sido gobierno. El 6D muestra la decisión y voluntad del venezolano para que se inicie una transferencia de poder y se distancie el Sistema Político de la pretensión revolucionaria de un régimen militarista distante de la democracia y la democratización que tiene como instrumento de cambio la relación voto-representación. Los venezolanos se sintieron todos iguales ante las urnas, vinieron desde la periferia de la sociedad para mostrarse como comunidad política y colocaron su voto ético para iniciar un cambio en el sistema político venezolano.





Esa decisión individual muta en un gran colectivo de casi ocho millones que obliga al régimen fracasado y perdedor aceptarla y comprender que en al democracia la mayoría tiene el derecho legítimo de dirigir los destinos de la República. El 6D se convirtió, entonces, por la vía del voto ético en un hecho político que grafica un cambio por cuanto la elección, sin violencia, sin presión, mostró la repugnancia y el desprecio de la mayoría calificada de los venezolanos en contra del régimen autoritario militarista corrupto e incapaz… pero sobretodo mentiroso y perverso.

El 6D y el voto ético le puso límites al gobierno por cuanto la lectura politológica del 6D es la de un plebiscito al régimen que transitoriamente preside Nicolás Maduro. El hecho electoral del 6D no fue un mito, por el contrario, muestra el efecto limitador de la elección y muestra el desarrollo de una serie de importantes consecuencias que se producirán por la vía del Poder Legislativo. Poder Legislativo con mayoría calificada que de acuerdo a la Constitución vigente y haciendo uso de ella y del cuerpo de leyes, cambiará de la Teoría de la Coacción a la Teoría del Orden Social del Consenso de Valores.

El 6D significa que el cuerpo legislativo –la Nueva Asamblea Nacional a partir del 5 de Enero de 2016- procurará orientar sus responsabilidades asumiendo  el valor del voto ético para llamar a los valores de la dignidad, del respeto, del cumplimiento de la ley y de la rectitud en el proceder político para que haya libertad, para que haya el orden necesario de acuerdo a las leyes y sobretodo para contener el desorden social. El orden social por encima del conflicto en este ciclo que se inicia en el cual el venezolano fatigado por la militarización de la política y de la sociedad están dispuestos a defender, en lo que la gente cree deben ser los valores mediante los cuales se gobierne política, económica, social y comunitariamente a Venezuela después del 6D.

El 6D significa el voto para una organización suprapartido que evitando los fraccionalismos, personalismos e intereses grupales, y como organización suprapartido se exprese como un grupo de presión política con capacidad para desarrollar una estrategia de persuasión, se exprese como un grupo apropiado de cabildeo y desarrolle un sistema de relaciones con el cuerpo societal venezolano que apunte necesariamente hacia la redemocratización del país. Redemocratización que tendrá que ser hecha de manera firme, ajustada al cuerpo de leyes, empleando el diálogo político y respondiéndole a la gran mayoría de los venezolanos por el establecimiento de la teoría del orden por la vía del consenso. Teoría del Orden que en ningún momento podrá entenderse como debilidad y tolerancia sino que se regirá por las normas prescritas en la Constitución y el cuerpo de leyes en la nación.

El 6D no tiene atajos posibles. Conocidos como son los resultados, además de la gran iniciativa en el ambiente político real, residirá en la Asamblea Nacional con el apoyo de los casi ocho millones de venezolanos que estamos contestes con el ejercicio del derecho a protestar y, si fuese necesario, ejercer la resistencia civil para canalizar y lograr el cambio político categórico que está soportado por el voto ético masivo. El 6D le mostró un mensaje definitivo al régimen militarista y militarizado, ignorante en el campo económico, descentrado en la conducción social y provocador cercano al tumulto y a la violencia política, en cuanto a lo social que Venezuela no quiere más proyecto, ni revolución ni socialismo. Frente a esta delicada situación las instituciones del segundo espacio del Sistema Político Venezolano, amparadas bajo el concepto de la seguridad pública y defensa, tendrán que estar prestas para contener y eliminar cualquier brote inducido y/o provocado por un régimen que se niega a oír la voz del pueblo.

El 6D es un juicio definitivo de rechazo a un mal gobierno. Un mal gobierno que durante 16 años creció en la corrupción, en el descuido hacia las necesidades de los venezolanos, la falsificación de la historia, la destrucción de las instituciones, la aceptación de la droga y el crecimiento de la  economía paralela con una inmensa corrupción imponiendo una cooptación máxima. Razones todas por las cuales hoy recibe el rechazo y desprecio de la mayoría de los venezolanos que tienen firme esperanza en que la Venezuela del siglo XXI puede y debe acercarse al destino de un mejor país y sobre todo al reinicio de la democracia entendida como aquella ecuación en la cual el Individuo está encima de la Comunidad y el Estado.

El 6D es, en resumen, una expresión de la cultura política democrática del venezolano que se entiende  libre y universal. El 6D muestra el gentilicio del venezolano en su máxima expresión: el voto ético. Con ese voto se ha empoderado a la Asamblea Nacional para que defina el salto político categórico de la ecuación política venezolana, a fin de que se imponga la democracia. Democracia que tenga como centro al ciudadano, sus necesidades, sus angustias, sus creencias, su familia, a los abuelos y a los nietos, a los venezolanos todos unidos en la idea de un cambio posible por la vía civilizada con una política en al cual todos coincidamos.

El 6D es el renacer de la democracia. La democracia en al cual el hombre amarrado a la ley está por encima del Estado y del colectivo y no como este régimen militarista derrotado ha venido creyendo, razones todas por las cuales los venezolanos han terminado por expresarle su más categórico rechazo y la decisión valiente y ciudadana de que Venezuela, mediante la Teoría del Consenso del Orden, restablecerá la República y la democracia del siglo XXI como producto final de un voto ético que con su energía hará posible que se refunde una manera de vivir civilizada: la democracia.