Dos editoriales de la prensa internacional sobre el hambre en Venezuela

Dos editoriales de la prensa internacional sobre el hambre en Venezuela

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Hoy lunes 3 de agosto coinciden los editoriales del diario El Mundo de España y del diario El Tiempo de Colombia: ambos abordan el tema de la gravísima crisis socio económica que azota el pueblo de Venezuela. A pesar de los contantes llamados a rectificación que desde hace años hacen prestigiosos economistas y planificadores, advirtiendo el rumbo hacia la hiperinflación y la escasez que llevaba la economía nacional. el gobierno hizo caso omiso y hoy ya es visible la cara fea de sus consecuencias. El hambre y la anarquía. Lea a continuación la visión de los editores de esos prestigiosos diarios.





 

Editorial El Mundo (España): Cuando un país rico como Venezuela se convierte en un lugar donde se pasa hambre

 

Las colas durante horas tanto a las puertas de los supermercados como de los puntos de suministro estatales que ofrecen alimentos y medicinas más baratos se han convertido en el triste y cotidiano paisanaje de Venezuela. En lo que va de 2015, la superinflación y el desabastecimiento de productos de primera necesidad se han disparado: la subida de los precios está tan descontrolada que podría alcanzar el 200% antes de fin de año. Es tal la desesperación de los venezolanos que el fin de semana murió un joven en la región de Bolívar durante un saqueo masivo a establecimientos del lugar, que derivó en violentos enfrentamientos con la policía y más de 60 detenidos. La situación es explosiva. Por ello, la alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) -que ha consensuado una lista única para presentarse a los decisivos comicios del próximo diciembre- ha convocado para el próximo 8 de agosto una ‘Jornada nacional de protesta contra el hambre’.

La contumacia con la que actúa Maduro ante un escenario tan grave es sonrojante. Ayer volvió a arremeter contra la disidencia del país, acusando a la “derecha” de provocar “saqueos para causar alarma”. Pero su mensaje ya no cala ni siquiera entre las capas de población que más apoyaron la revolución bolivariana en tiempos de Chávez, como demuestra que la popularidad del actual presidente no llegue ni al 25% según los sondeos. Y ello se explica justamente porque son los ciudadanos con menos recursos -a quienes los chavistas dicen representar- los que más sufren esta situación. Como hoy publicamos, el salario mínimo de muchas familias apenas les da para adquirir seis kilos de carne al precio actual del mercado libre en Venezuela.

El fracaso del proyecto bolivariano se hizo definitivamente visible con la fuerte caída del precio del petróleo que durante más de una década permitió al régimen chavista tejer el sistema clientelar y asistencial en el que se basaba. A ello se añade que la corrupción política es escandalosa. Y que los sucesivos gobiernos han acabado con las mínimas garantías de seguridad jurídica para las empresas, a la vez que se deslizaban por una senda autoritaria que pisotea los derechos humanos más básicos. La combinación ha sido letal para la economía de Venezuela, algo especialmente sangrante por los enormes recursos con los que cuenta el país. El 32% de los ciudadanos está instalado en la miseria y el PIB retrocederá el 7% este año, según el FMI. Maduro no puede calmar el hambre a base de arremetidas contra la oposición, y ése es hoy su gran temor.

Publicado originalmente en El Mundo (España)

 

Editorial El Tiempo (Colombia): Hambre en Venezuela

 

Ojalá el Gobierno atine al adoptar decisiones serias, pensando más en la gente que en la política.

Ya se conocían las noticias del desabastecimiento en numerosos productos de primer orden de la canasta familiar venezolana, llámense arroz, azúcar, champú, papel higiénico, pañales, medicina, carnes, aceites, etc. Se sabía de las medidas, un tanto desesperadas, que ha tenido que tomar el gobierno de Nicolás Maduro. Son determinaciones duras, que han causado rabia y angustia en la población. Se trata de un racionamiento controlado por los últimos números de la cédula o por la huella digital. Todo ello ha dado lugar a protestas, a veces llanto y a un despliegue de la Guardia para controlar frecuentes desórdenes y saqueos.

Según el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS), en el primer semestre del año hubo 56 saqueos y 76 intentos. Y es que un pueblo con hambre y necesidades suele ir hasta las últimas consecuencias.

Estos hechos ocasionaron, incluso, que la ONU, por medio de su Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, manifestara, a mediados de julio, su preocupación por el “grave desabastecimiento y escasez de alimentos de primera necesidad”, que se atribuye a la dependencia de la importación, y pidiera al Gobierno adoptar medidas urgentes.

Lo malo es que, infortunadamente, la cosa parece ir de mal en peor. La que se ha denominado la “guerra por la comida” tuvo el pasado 30 de julio un saldo trágico. En el centro de distribución de alimentos de San Félix, estado de Bolívar, mientras la Guardia venezolana intentaba controlar a la multitud, que gritaba “tenemos hambre”, hubo un muerto, varios heridos y al menos treinta detenidos.

Por si fuera poco, el Gobierno ordenó el jueves pasado –dice que para construir viviendas– el desalojo de plantas de distribución de Polar, Pepsi y Nestlé en Caracas, lo que dejaría a unas 1.500 personas sin empleo directo y a 4.000 sin uno indirecto. Además, desde allí se reparten alimentos para 19 municipios.

Es un situación cada vez más grave y triste la que vive el otrora opulento pueblo, que ahora afronta un doloroso viacrucis para conseguir comida y elementos básicos. Ojalá el Gobierno atine al adoptar decisiones serias y efectivas, pensando más en la gente que en la lucha política.

Publicado originalmente en El Tiempo (Colombia)