“Prefiero comer que vestirme”, fue la frase utilizada por Saidith de Chávez, comerciante de la entidad, al referirse al alto costo de la vida durante los últimos meses. Realidad que no se escapa de la mano para muchos neoespartanos que hoy se encuentran en la difícil tarea de escoger entre cubrir una necesidad y la otra.
“Estamos limitados a las compras al exterior y las ventas están difíciles. Tratamos de mantener los precios”, dijo Erwin Mota, comerciante de Porlamar.
Por otra parte, agregó que la prenda más costosa, refiriéndose a un pantalón de caballero, está alrededor de 12.000 bolívares en ese local, y lo más probable es que antes de finalizar el año se ubique en un precio de 30.000 bolívares aproximadamente.
Esta irregularidad en los precios ha llevado a que parte de las tiendas no abran los días domingos, así como también ha constreñido a los turistas en su intención de adquirir ropa y calzados al momento de visitar la Isla.
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