Desprofesionalización diplomática venezolana refleja primitivismo

Desprofesionalización diplomática venezolana refleja primitivismo

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Que la niñera de un ministro sea detenida en un aeropuerto brasileño por llevar en el equipaje un arma de fuego o que un vehículo con placa diplomática venezolana esté involucrado en un accidente con un muerto y ocho heridos, son muestras de la desprofesionalización y el comportamiento primitivo imperante en el Ministerio de Relaciones Exteriores y el gobierno de Nicolás Maduro, publica El Carabobeño.

Alejandro Villalobos || avillalobos@el-carabobeno.com

Milos Alcalay, diplomático venezolano de larga trayectoria, explicó que para ejercer estos cargos internacionales el funcionario debe ser como “la mujer del César”: No sólo debe ser honesto, sino parecerlo. Con esta frase, el embajador destacó el decaimiento de la política exterior venezolana, que tiene sus antecedentes en el lenguaje soez que usaba el expresidente Hugo Chávez para referirse a algunos mandatarios (Mister Danger, en referencia a George Bush) o para anunciar medidas drásticas de expulsión de un embajador, como en el caso de Patrick Duddy, en 2007.

Maduro ha seguido esa enseñanza, ahora amenazando, por ejemplo, al presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, de suspender relaciones y limitar el intercambio económico, por haberse reunido con Lilian Tintori, esposa de Leopoldo López, de quien las Naciones Unidas exigió su libertad inmediata, recordó Alcalay.

Ese comportamiento primitivo, tal y como lo conceptualizó el diplomático con más de 40 años de experiencia y que ocupó el cargo de embajador en la ONU entre 2001 y 2004, es parte de un uso y abuso del poder y las amenazas.

Uno tras otro

Dos incidentes internacionales que involucran a la diplomacia venezolana se conocieron esta última semana.

En el primer caso, un auto perteneciente a la embajada venezolana en Bogotá y conducido por un ciudadano colombiano sin autorización de la misión, según se explicó luego, estuvo involucrado en un accidente de tránsito con dos taxis, que dejó un joven de 20 años muerto y ocho heridos.

La embajada, sin ofrecer mayores datos de quién era el conductor y qué relación tiene con la misión nacional, se desligó del incidente al decir que el vehículo era manejado sin autorización.

Pero, Alcalay recalca la gravedad de que un carro con placas diplomáticas, que tienen inmunidad en cualquier parte del mundo, sea conducido por una ciudad por personas no autorizadas. Fuentes de la Policía de Bogotá han dicho que se cree que el conductor sería familiar de algún diplomático.

El otro caso es el de la niñera de la familia de Elías Jaua, ministro de Comunas, que enfrenta en libertad un juicio por tráfico internacional de armas, después de permanecer cinco días detenida, al hallársele en la maleta una pistola que es de Jaua.

Más allá del arma, que ya es grave, Alcalay destaca el hecho de que la familia de un funcionario pueda trasladarse libremente a aviones pertenecientes a Pdvsa, que era el usado por la niñera y la familia de Jaua. “Ya no son colitas (las criticadas por Hugo Chávez al llegar a la presidencia en 1999), sino naves del Estado a servicio de la clase dirigente burguesa”.

Venezuela queda mal parada. Esa es la conclusión del diplomático, al analizar que ni siquiera un señor que fue canciller de la República (Jaua) actúa sin conocimientos de las leyes internacionales, pues lo acusó de actuar de mala fe al no informar oportunamente la propiedad del arma. “Le da la razón a Argentina, que no lo aceptó como embajador”, comparó.

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