José Guerra: El círculo vicioso devaluación e inflación

José Guerra: El círculo vicioso devaluación e inflación

Ha entrado Venezuela, una vez más, en el círculo vicioso de devaluación e inflación. Esta ha sido una constante de la política económica en Venezuela después del fatídico 18 de febrero de 1983, cuando colapsó el régimen de tipo de cambio fijo, debido a los déficits fiscales, la falta de competitividad y la consiguiente pérdida de reservas internacionales. Lo asombroso de Venezuela es que no se están discutiendo problemas nuevos sino los mismos temas de treinta años atrás.  El país parece petrificado en el tiempo. Congelado. Alguien que se hubiese dormido en febrero de 1983 y despertado en 2013, pensaría que la historia de Venezuela se hubiese detenido, como por arte de magia.

La política que se ha seguido desde 1999 ha sido procurar disminuir la inflación mediante el anclaje del tipo de cambio. Ello fue lo que el sempiterno ministro Giordani le vendió al presidente Chávez y lo convenció hasta el punto que el gobierno ha seguido ciegamente esta política. El anclaje del tipo de cambio ha significado un fracaso estrepitoso y ha  propiciado una fuga de capitales fenomenal y creado expectativas de devaluación. Ha sido criminal mantener un tipo de cambio fijo por períodos prolongados para después tener que devaluar el tipo de cambio.





El problema en Venezuela es que nadie cree que el gobierno pueda sostener el tipo de cambio y en consecuencia todos apuestan a que en algún momento el gobierno devaluará. Esta es la apuesta más segura que se pueda hacer en Venezuela. Como resultado de ello, la demanda de divisas se exacerba, se realizan viajes que tal vez en condiciones normales no se realizan pero se hacen para obtener los dólares preferenciales y se sobre facturan las importaciones. Cuando está presión sobre el mercado cambiario se comienza a traducir en declinación de las reservas internacionales, los días del dólar barato están contados. Esa ha sido la historia desde  2003, cuando a cada fijación del tipo de cambio ha seguido una devaluación del tipo de cambio, siempre negada por el alto funcionariado.

De esta manera, al cerrar 2012, producto de la política fiscal y monetaria sobre expansiva seguida por el dúo Giordani-Merentes, el BCV acabó literalmente sin reservas líquidas mientras crecía la deuda acumulada con los proveedores quienes exigían el pago oportuno a un país moroso. Se preguntaban los suplidores extranjeros de bienes acerca de qué había sucedido en el país petrolero que les vende a  ellos el barril de petróleo a US$ 105 y lo cobra en efectivo y ahora declara que no puede pagar sus compromisos. Lo que luce inexplicable para los acreedores extranjeros es claro para los venezolanos: la política seguida por Giordani-Merentes era francamente insostenible. Llegado enero de 2013, en medio de la gravedad del presidente Chávez se fue fraguando la devaluación sostenidamente negada. De esta manera, el 8 de febrero se devalúa el bolívar en 46,0% y con ello se potenciaron las expectativas inflacionarias. Una vez se probó que los gestores de la política económica no tienen credibilidad.

Al devaluarse el bolívar, el fisco se enriquece en Venezuela por el ser el monopolista de la generación y la venta de las divisas. Sin embargo, aparece con la devaluación el momento para validar las presiones inflacionarias acumuladas a lo largo de 2012, no obstante lo dicho por Giordani acerca de un supuesto quiebre en la tendencia de la inflación. Por tanto, el proceso de traspaso de la devaluación a los precios propulsó la inflación a lo que se unió la significativa escasez de divisas incentivada por la estrechez de moneda extranjera en manos del BCV y por la eliminación del SITME, sin que se creara un sistema alternativo para proveer divisas a un mercado intranquilo por las deuda acumuladas. Como era de esperarse, la inflación comenzó a saltar hasta alcanzar 35,2% anual en mayo de 2013 como se evidencia en el gráfico. Pero con esta escalada de la inflación le toca el turno al nuevo episodio de devaluación que inevitablemente va a venir en razón de que la inflación que se ha generado está pulverizando el poder de compra de los ingresos fiscales. De esta manera, la devaluación del bolívar causó la inflación y ahora la inflación va a causar la nueva devaluación. Estamos en un círculo vicioso.