Obama garantiza a Israel la “alianza eterna” con Estados Unidos

Obama garantiza a Israel la “alianza eterna” con Estados Unidos

Foto: AP

Barack Obama garantizó este miércoles la “alianza eterna” de Estados Unidos con Israel, en su primera visita como presidente al Estado hebreo, donde plantará cara a las pretensiones nucleares de Irán.

AFP

A su llegada al aeropuerto Ben Gurion de Tel Aviv, el presidente norteamericano proclamó la “alianza eterna” entre los dos países, y aseguró que Estados Unidos está “orgulloso de ser el principal aliado de Israel”.





“La paz debe llegar a Tierra Santa. Nunca perderemos de vista la paz entre Israel y sus vecinos” árabes, especialmente palestinos, declaró Obama en un breve discurso.

Obama expresó en hebreo su alegría de regresar a Israel, y luego inspeccionó una batería del sistema antimisiles Iron Dome, financiado por Washington.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, con el que Obama tiene una relación notoriamente fría, acogió al presidente norteamericano y le dio las gracias por “defender sin ambigüedad el derecho de Israel a existir (…) y por haber defendido con coraje este derecho ante las Naciones Unidas”, en referencia a la oposición de Washington a las gestiones de los palestinos para obtener el reconocimiento de su Estado.

El presidente israelí, Shimon Peres, destacó “el apoyo inquebrantable” de Obama a Israel. “En tiempos de paz, en tiempos de guerra, su apoyo a Israel es inquebrantable”, dijo Peres.

Barack Obama partió luego en helicóptero a Jerusalén, donde se entrevistó con Peres. Según el primero, la conversación estuvo centrada en Irán, el proceso de paz y la inestabilidad regional.

Peres advirtió de que las supuestas armas químicas de Siria no deben caer “en manos de terroristas”.

El presidente israelí manifestó también su inquietud por un Irán nuclear, mostrándose confiado en la política de Obama para evitarlo.

“Confiamos en su política de intentarlo primero con medios no militares, pero con la afirmación clara de que hay otras opciones sobre la mesa”, dijo.

Obama inició luego una reunión con Netanyahu, en la que se espera una atención especial a las ambiciones nucleares de Irán.

En el primer viaje de su segundo mandato, el presidente de Estados Unidos tiene previsto visitar también el jueves los Territorios Palestinos, pero con el único objetivo declarado de “escuchar” y no de lanzar una iniciativa para la paz.

En una tribuna publicada el miércoles por el diario israelí Haaretz, el negociador palestino Nabil Chaath señaló que “por desgracia, el presidente Obama estará sólo unas horas” en los Territorios Palestinos, en referencia a su encuentro con el presidente palestino Mahmud Abas en Ramala el jueves y su visita a la basílica de la Natividad de Belén (Cisjordania) el viernes.

Chaath instó también al presidente norteamericano a dejar de preconizar una reanudación de las negociaciones de paz con Israel, suspendidas en 2010, para pasar a los actos.

Los palestinos, decepcionados por el fracaso de las negociaciones de paz mantenidas durante el primer mandato de Obama, esperan que al menos éste ayude a la liberación de más de 1.000 prisioneros en cárceles israelíes, y al desbloqueo de 700 millones de dólares de ayuda de Washington.

El viaje se produce dos días después de la investidura del nuevo gobierno del primer ministro israelí, que se ha fijado como “principal prioridad la defensa y la seguridad” por las “amenazas muy graves” provenientes, según él, de Irán y de Siria.

El discurso que pronunciará Obama el jueves en Jerusalén ante centenares de jóvenes es visto por los comentaristas israelíes como un contrapunto al discurso del líder estadounidense en El Cairo hace cuatro años, que suscitó numerosas críticas en Israel.

La popularidad del presidente Obama entre los israelíes, pese a que se encuentra en alza, se mantiene modesta.

Según un sondeo de Jerusalem Post, un 36% de los israelíes consideran que el presidente estadounidense es más favorable a los palestinos, mientras que el 26% piensa lo contrario.

Obama depositará además el viernes un ramo de flores en las tumbas del fundador del sionismo, Theodor Herlz, y del primer ministro asesinado Isaac Rabin, antes de visitar el memorial del Holocausto de Yad Vashem.