Bala perdida mata a un recién nacido

Bala perdida mata a un recién nacido

Sin esperanza, la familia esperó el cuerpo del pequeño en las escaleras de Hospital Universitario. (Fotos: Juan Guerrero)

El sábado en la noche la familia sintió nuevamente los acostumbrados disparos que se suelen escuchar en el barrio José Alí Semprún. Ese día no pasó nada. Todos durmieron bien en casa con el bebé de apenas un mes y 20 días de nacido. Al siguiente día, a las 2.00 de la tarde, mientras Yuranis Márquez se encontraba en el frente de su casa, escuchó el techo de zinc sonar. Una bala había caído y se insertó en la cabeza del pequeño de la casa, Lixander Márquez, informa La Verdad.

Por Faviana García / Maracaibo / noticias@laverdad.com

Yuranis Márquez, de 22 años, madre del bebé, relató lo sucedido. Estaba en su casa y le dijo a una vecina de 12 años que estuviera pendiente del bebé mientras arreglaba las manos de su cuñada en el frente. A los pocos minutos escuchó el ruido y acto seguido el llanto del pequeño. Pensando que tal vez tendría hambre entró a la casa sin esperar lo que vería.





La vecina cargaba en sus brazos al bebé que desprendía sangre. La cabeza fue perforada por una bala perdida. Entre gritos y llantos alertó a los familiares cercanos de la emergencia. Su suegro, los cuñados y esposa salieron al auxilio. Se montaron en un carro con dirección al Hospital Materno El Marite. En todo el recorrido la madre no dejó de presionar la cabeza del niño con el fin de detener el sangrado.

“Botaba mucha sangre. En El Marite le colocaron una vía y nos remitieron al Universitario, donde nos dijeron que tenía muerte cerebral”, dijo la progenitora.

Lucha

En las escaleras de la Unidad de Cuidados Intensivos del área pediátrica del Hospital Universitario se conglomeraron los familiares; ya no tenían esperanzas de que el niño sobreviviera. Tal vez un milagro lo habría logrado. “Los médicos nos dijeron que no había de otra. Tenía muerte cerebral, la bala le hizo mucho daño”, comentó su tío Lexembre Márquez.

Ayer al mediodía el bebé no pudo más. Su corazón dejó de latir luego de que su cerebro dejara de funcionar. La bala que liquidó al bebé entró por la parte posterior de la oreja izquierda y llegó hasta la otra punta sin salir. No pudo ser operado para extraer el proyectil, sus valores se habían disparado, lo que representaba un riesgo mayor. Quienes lo atendieron aseguraron que luchó hasta el último segundo.

 

Lixander Márquez. 50 días. Era el menor de dos, el mayor tiene año y medio. Su madre aseguró que era muy sano y “no daba que hacer” durante el día.

 

“Es muy difícil asimilar una situación como esta. Uno no espera que su hijo muera tan pronto, menos como le pasó a él”.

Yuranis Márquez, madre del bebé